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miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Apoyo a los emprendedores? ¡Qué gran mentira política!

"Imagínese; cómo funciona la creatividad" es el título del último libro de Jonah Lehrer, periodista estadounidense especializado en psicología y neurociencia y columnista de The Wall Street Journal.

La citada obra pretende enseñar a los emprendedores a ser creativos. Lehrerdemuestra por mediación de este libro que la creatividad, elevada a la categoría de ciencia, no es una condición genética sino una habilidad susceptible de ser aprendida, estimulada y desarrollada constantemente, tanto a nivel personal como empresarial.

En relación con lo anterior, es factible afirmar que la creatividad (y, por ende, la innovación) se puede potenciar partiendo de determinadas premisas aunque, verdaderamente, es el producto de un arduo y enriquecedor trabajo.

En España, los emprendedores necesitan multiplicar su capacidad creativa al objeto de superar los innumerables obstáculos que el Estado les coloca en el camino; condiciones nefastas para emprender, nula accesibilidad al crédito, alta morosidad de la Administración, inexistente unidad de mercado, inseguridad jurídica, falta de libertad económica, excesivo intervencionismo, impuestos elevados, máxima regulación, etc.

Aunque el principal inconveniente que afecta a los emprendedores (y, evidentemente, a las pymes y a los autónomos) es el mismo que tiene España para cumplir con el objetivo de déficit impuesto por Bruselas y no es otro que la insostenible estructura del Estado de las autonomías y las negativas repercusiones económicas (y empresariales) que ello conlleva.

Nuestra Administración sobredimensionada (50% del PIB de España destinado a gastos del Estado), conformada por 17 mini estados autonómicos, absorben una ingente cantidad de recursos (por ejemplo, el crédito que necesitan las empresas y las familias) que deja sin espacio a la iniciativa privada, asfixiando, por tanto, a la economía productiva y potenciando la deuda y el gasto público en forma de despilfarro y corrupción política. (Famoso efecto desplazamiento o crowding out).

El mantenimiento de la gigantesca Administración española (financiada, evidentemente, por el sector privado) ha supuesto la destrucción de gran parte de nuestro tejido empresarial, sin duda, una terrible paradoja.

Recordemos que además de sufrir la indignante morosidad de la Administración, las empresas tienen que ingresar el IVA sin cobrar las facturas, adelantar los pagos del I.S., etc., todo ello, sumado a otros factores, ha mermado la liquidez e, incluso, la viabilidad de las mismas, multiplicando los concursos de acreedores.

El expolio al que se ha sometido a las empresas españolas se debería transformar en apoyo institucional desde la Administración Pública. Pero, ¿conoce la casta política la realidad empresarial? ¿algún político ha sido emprendedor? ¿cuántos políticos han trabajado en la empresa privada? ¿cómo pueden ayudar los políticos a los emprendedores si no saben ni cómo se crea una empresa? ¿le interesa a la casta política que aparezcan muchos emprendedores sabiendo que estos no están a favor de mantener el chiringuito político con su esfuerzo?

El discurso político basado en el apoyo al emprendedor (por ejemplo, la "Ley de Emprendedores") es falso, únicamente se trata de marketing político.

Si la casta política quisiera ayudar a los emprendedores, enfocaría sus actuaciones en reducir drásticamente el insostenible aparato administrativo y político que integra el Estado autonómico. ¿Queremos un país de políticos y enchufados en la Administración o de emprendedores?

El anterior Gobierno socialista (principal causante de la quiebra de España) sobredimensionó la Administración, no obstante, el Gobierno actual sigue retrasando la urgentísima decisión de reformar el modelo estatal y reducir radicalmente la Administración. (Lo hecho hasta ahora es absolutamente insuficiente).

Ciertamente, los autónomos y las pymes no necesitarían ninguna ayuda del Estado si el tamaño de la Administración se adecuara a las verdaderas necesidades de nuestro país, ello significaría menos impuestos, reducción de las trabas burocráticas, rebajas de las cuotas sociales, etc.

Lucio A. Muñoz
Socio director de Eurogroup Human Resources

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