¿Quién es el cargo de la región mejor recolocado tras la derrota del PSOE?

La derrota del PSOE en las elecciones generales y en las autonómicas de Castilla-la Mancha ha obligado a decenas de ex altos cargos de la región a buscarse la vida por otros derroteros, bien volviendo a sus trabajos anteriores o tratando de mantenerse ocupados en la cosa de la política. Aparte de alcaldes, concejales, diputados de distintos ámbitos, senadores y cargos del partido pocos son los empleos públicos que ha podido repartir el PSOE en la región o fuera de ella. Y está el caso excepcional del ex presidente de las Cortes, Francisco Pardo, que teniendo tres años por delante como diputado regional y miembro de la Mesa del parlamento autonómico, ha dado carpetazo a la comodidad de su vida política y se ha pasado a la empresa privada. Pero el caso más singular y llamativo ha sido el de Máximo Díaz-Cano, ex delegado del Gobierno y hasta hace unos días empleado de la administración regional en un instituto de la región. Entre los cargos del PSOE castellano-manchego que se vieron obligados a dejar sus puestos tras las sucesivas derrotas electorales del partido, Díaz-Cano es posiblemente el que mejor se ha recolocado y el que más poder tiene en la actualidad, al margen de dirigentes como el propio Emiliano García-Page, que sigue como alcalde y ha sido elegido secretario regional del partido; es decir, no entra en el grupo de los recolocados. Díaz-Cano no solo ha sido nombrado secretario general de Presidencia de la Junta de Andalucía, una Comunidad mucho más grande que la nuestra, sino que el presidente de la autonomía, José Antonio Griñán, le ha dado plenos poderes en su nuevo gobierno, tal como ayer informó EL DIGITAL. La confianza de Griñán en Díaz-Cano es tal que le ha encomendado el decisivo trabajo de interlocución con el socio del PSOE en el Gobierno, Izquierda Unida, incluido su máximo dirigente, Diego Valderas, y el resto de representantes de la coalición de izquierdas. Pero además se hará cargo de áreas tan importantes y poderosas como las relaciones con la prensa y la gestión de la publicidad institucional con los medios regionales y nacionales. Por si todo eso fuera poco, y en contra de lo que suele ser habitual en el caso de los secretarios de Presidencia de otras comunidades, el político ciudadrealeño tiene también el poder de decidir el nombramiento de los nuevos delegados de la Junta en las ocho provincias andaluzas. Todo ello está generando cierto malestar entre veteranos dirigentes del PSOE andaluz. Con Díaz-Cano, que fue el coordinador de campaña de Carme Chacón en el proceso de elección del secretario general del PSOE, dicen que se ha instalado el "chaconismo" en el Gobierno andaluz. Griñán, aparte de mantener una vieja y sólida amistad con Díaz-Cano, es uno de los mejores aliados de Chacón en el PSOE, que quiere controlar absolutamente el poder en Andalucía a través de sus gregarios. Este tipo de situaciones dan la verdadera medida de la división interna que sufren los socialistas en toda España toda vez que no se han cerrado, sino que van a más, las diferencias entre los partidarios de Rubalcaba y los de Carme Chacón. En el Congreso de los Diputados todavía hay quien sigue sorprendiéndose por el apego que José María Barreda muestra continuamente a Carme Chacón, hasta el punto de que algunos califican al ex presidente castellano-manchego como "el perrillo faldero" de la ex ministra. Él, Barreda, también está bien recolocado: Un buen sueldo de diputado, pocas responsabilidades y muy poco trabajo.