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martes, 2 de octubre de 2012

CON UNA PLANTA DE BIOMASA QUE NO CONTAMINA Una idea genial de un vecino dará más de 300 empleos en Ossa de Montiel


La empresa valenciana de energías renovables Valle del Magro inicia, el viernes 5 de octubre, el proceso de construcción de una planta de biomasa en el municipio albaceteño de Ossa de Montiel que dará empleo a la cuarta parte de la población activa del municipio (2.750 habitantes) de forma directa o indirecta, generará energía eléctrica para suministrar a toda la provincia de Albacete y no emitirá un solo gramo de CO2 a la atmósfera.
El alcalde de Ossa de Montiel, José Tello, ejecutará la idea, propuesta por un vecino de la localidad y aprobada por el pleno de la Corporación, de construir la primera planta de gasificación y valoración energética por plasma que existe en España. Con este proyecto dice que "se enfrenta a la crisis" para parar la "sangría de destrucción de empleo", principalmente entre los jóvenes y la población activa, y evitar el éxodo rural de España hacia otros países.
En la actualidad, Ossa de Montiel, tiene un 60 por ciento de paro juvenil y está profundamente sumido en la crisis económica. La planta, que está previsto que se construya en 6 meses, dará trabajo a 50 personas y creará, en una primera fase, más de 250 trabajos indirectos. En la fase de expansión, las previsiones de empresas en torno a la planta están entre 25 y 30. Estas se beneficiarán de los excedentes de la actividad, tanto de electricidad, vapor, y agua caliente sanitaria (ACS).
Reciclar residuos del campo
La planta de biomasa que se instalará en la comarca del Campo de Montiel, no emitirá ni un gramo de CO2 al Medio Ambiente, no deteriorará la capa de ozono, no generará emisiones acústicas y ocupará una parcela de 8.000 metros cuadrados en terrenos calificados en el Plan General de Ordenación Urbana cómo industriales.
La superficie construida sobre la que se instalarán los sistemas de plasma solo será del 50 por ciento del terreno (4.000 m2), una extensión cien veces menor que la que ocupa la planta de reciclados e incineradora madrileña de Valdemingomez.
El combustible que utiliza la planta son los restos de las cosechas que se producen en los terrenos de cultivo (rastrojos, paja, etc.), así cómo los sobrantes de las podas de las masas de bosque y monte bajo. La empresa Valle del Magro, propietaria de la planta, negociará la compra de todos los restos de cultivos agrícolas de la zona.
En la actualidad, un agricultor obtiene una media de 1.300 euros por hectárea de maíz cosechado. Recoger los residuos que produce la cosecha no le reporta beneficio económico por lo que estos se quedan en el terreno y generan "contaminación" del suelo y de las aguas de los acuíferos.
Con la venta de los residuos vegetales o de las podas de monte bajo, cada agricultor obtendrá entre 600 y 700 euros más por hectárea. La empresa explotadora Valle del Magro se compromete a comprar estos restos, a procesarlos con total limpieza medioambiental, a su degradación completa y reciclado eficiente.
El hecho de que la biomasa sea la única energía renovable que precisa de un aprovisionamiento continuo de combustibles, cuya valorización permite la generación de energía eléctrica, implica que en todos los procesos logísticos relacionados con este suministro continuo de materias primas se genere un número elevadísimo de empleos que se mantienen en el tiempo, al estar tanto directamente relacionados con la gestión de las instalaciones, como indirectamente relacionados con las actuaciones derivadas de la recogida, pre-tratamientos, distribución y transporte de los desechos.
Once millones y medio de watios a la hora
La planta transformará en energía todos los residuos que procesa, principalmente en electricidad, y obtendrá una producción de 11,5 millones de watios a la hora. Con esta producción, entre 1,5 y 2,5 veces más que una incineradora de última generación, y sin contaminación, cubriría las necesidades de alrededor de 92.000 viviendas; toda la provincia de Albacete; o la demanda de las ciudades de Albacete y Ciudad Real.
Un ciudadano consume de media 500 watios/día, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con esta producción se podrá suministrar energía eléctrica, que se inyectará a la Red de Alta Tensión, a 2.000 viviendas a la hora, los 365 días del año. En la actualidad, la electricidad para uso doméstico cuesta 0,77 cts/€ el Kilowatio y la planta de Valle del Magro en Ossa de Montiel lo venderá a las Eléctricas por 0,005 cts/€ el Kilowatio que produzca. 

Además, al transformar los sobrantes de los cultivos tradicionales en energía se genera vapor de agua, elemento indispensable para la extracción de la glucosa del maíz y muy costoso. La planta ofrecerá a los agricultores que cultiven maíz, uno de los principales cultivos en tierras manchegas, vapor de agua a bajo coste, lo que supondrá también un ahorro sobre sus gastos de explotación.
Otro producto comercialmente útil como consecuencia del reciclado de los rastrojos serán las escorias inertes (grava). Dicha escoria es 10 veces más dura que el ladrillo y puede ser utilizada en una variedad de aplicaciones comerciales

1 comentario:

  1. Hay varios fallos en el planteamiento, especialmente en relación a las cantidades de energía y magnitudes.
    En cuanto a la contaminación que representa los residuos que quedan en el suelo es totalmente falso; si no fermenta el rastrojo o queda la ceniza de la quema, será necesario abonar con más intensidad el terreno...
    Yo lo veo como otro de los muchos pufos que se montan por el país, con leyes físicas de tres al cuarto.

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