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sábado, 20 de abril de 2013

Pedro Antonio Ruiz Santos,El expoderoso dirigente del PSOE tiene serios problemas con las cuentas

Hay muchos ayuntamientos en Castilla-La Mancha al borde de la quiebra. No hay más que ver el informe elaborado por Ministerio de Economía y Hacienda, del que ayer informó ampliamente EL DIGITAL CLM, sobre el crecimiento de la deuda en ayuntamientos y diputaciones para comprender que un buen grupo de ciudades y grandes poblaciones de Castilla-La Mancha viven en términos económicos con respiración asistida. El caso de Villarrobledo es paradigmático por la forma perfecta en que ha multiplicado la deuda, por la falta absoluta de información sobre los grandes gastos y por las sospechas que pesan sobre numerosas obras e inversiones que no están ni aclaradas ni justificadas.

Entre las ciudades de la región similares a Villarrobledo tan solo Valdepeñas la supera en deuda. Las dos gobernadas durante años por el PSOE y las dos con alcaldes que tuvieron o siguen teniendo un papel muy destacado como dirigentes socialistas en Castilla-La Mancha. La deuda de 32 millones de euros de Villarrobledo es muchísimo mayor que la de la Diputación de Ciudad Real y similar a la de Cuenca. No es razonable que una corporación local de apenas 26.000 habitantes deba a proveedores y bancos más de treinta y dos millones de euros. Por eso el nuevo equipo de gobierno se vio obligado a escrutar a fondo los números y los papeles y por eso ha sido necesaria la intervención del Tribunal de Cuentas.

Y por eso el exalcalde, Pedro Antonio Ruiz Santos, expresidente de la Diputación de Albacete y actual senador del Reino de España, tendrá que declarar ante el alto Tribunal sobre el desvió de más de un millón trescientos mil euros de ayudas finalistas destinadas a obras en esta localidad, según han dado a conocer desde el Grupo Popular de Villarrobledo, que fueron los que presentaron la denuncia. El desvió de fondos detectado de más de un millón trescientos mil euros contaba con ayudas del Estado, de la Junta y de la Diputación –de todos los organismos públicos posibles, entonces controlados por el PSOE- y estaba destinado al arreglo de calles avenidas. Aparte de otras hipotéticas irregularidades, lo más llamativo es que las facturas de dos de las obras, una de 165.718 euros y otra de 1.171.541 se encontraban sin pagar, pese a que las obras concluyeron en 2008.

Ruiz Santos nunca ha sabido dar explicaciones de estas anomalías y los socialistas se defienden diciendo que es una cortina de humo del PP y que hablaban de farol y de denuncia infundada. Pero lo único cierto es que las irregularidades están ahí. Y lo más importante. La deuda de Villarrobledo es en estos momentos de 32 millones de euros, pero la que realmente dejó el anterior equipo de gobierno del PSOE era de 48 millones nada menos.

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