ABC MARÍA JOSÉ MUÑOZ / TOLEDO
La mayoría de los jefes de servicio del Complejo Hospitalario de Toledo, con la excepción de tres de ellos, han pedido, en un escrito dirigido al director gerente, Alfonso Flores, la posibilidad de no tener que trabajar dos tardes en semana —o un sábado y una tarde— y sí hacerlo media hora más de lunes a viernes pero solo en horario de mañana, petición que les ha sido denegada tras una reunión mantenida la semana pasada.
Tal modificación de su horario, como ocurre con el resto del personal sanitario público, es consecuencia de las disposiciones contempladas en las Medidas de Acompañamiento del Plan de Garantía de los Servicios Sociales Básicos de Castilla-La Mancha, que entraron en vigor hace casi tres semanas y que, además de ampliar en dos horas y media la jornada semanal, rebaja un 3% sus sueldos.
Ello, unido a la supresión hace unos meses de las llamadas peonadas —tardes de trabajo remuneradas—, hace que el malestar en el colectivo médico sea patente, ya que —argumentan— ahora no reciben prestación económica alguna por un trabajo por el que antes cobraban, a lo que se une la rebaja en el sueldo.
Algo similar ha ocurrido en el hospital Mancha-Centro de Alcázar de San Juan, donde todos los médicos, reunidos en una asamblea en el salón de actos —y no solo los jefes de servicio como en Toledo—, acordaron redactar un escrito que fue enviado al gerente pidiéndole lo mismo: la posibilidad de trabajar media hora más de lunes a viernes y no tener que hacerlo por la tarde ningún día, ni tampoco los sábado. La Administración también ha sido inflexible.
Los médicos que trabajan en los los hospitales públicos de Castilla-La Mancha tienen ahora un horario vespertino de 16 a 20 horas dos tardes a la semana, tiempo que se dedica a actividad quirúrgica o consultas. Otra de las quejas del colectivo es que la Administración ya no hace contratos, y por lo tanto deja sin cubrir jubilaciones o bajas temporales, lo que origina una situación muy deficiente en la prestación del servicio.
Esta situación de descontento de los facultativos castellano-manchegos se reflejaba claramente en la denuncia realizada la semana pasada por el Colegio de Médicos de Toledo, para quien las medidas del plan de ajuste son «discriminatorias» para los profesionales de la medicina, «que han de trabajar hasta doce horas diarias, entre otras decisiones que merman la calidad asistencial». El organismo colegial señala que «mientras que la mayoría de los funcionarios pueden ampliar el horario incrementando su trabajo media hora al día, los médicos se ven obligados a trabajar jornadas de hasta doce horas», y critica que la puesta en marcha de estas medidas se ha hecho «sin la necesaria negociación» con los agentes sociales y obviando la opinión de los profesionales.
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