Un antiguo, que no viejo, colega de mis tiempos en Radiocadena, RNE y TVE replicaba a uno de mis tuits con otro en el que decía "En parte, sí". En el tuit en cuestión decía yo que la televisión, en España, no decide nunca el resultado de unas elecciones y reclamaba de los políticos que dejen de acosar a los informadores. Me mantengo en la idea, aunque admito que cabe ese "En parte, sí" de la réplica de Gonzalo González de Vega, que es el colega de quien hablo.
La tele es un formidable medio de comunicación cuyas esencias hay que saber utilizar en el curso de una campaña electoral. Con ella se impuso Kennedy a Nixon, por ejemplo. Pero no porque acudiera a la manipulación de los informativos ( que no podía ) sino porque su equipo estudió minuciosamente la posibilidad de mejorar las habilidades del candidato con la imagen televisiva. En España un político que tenga la posibilidad de utilizar una tele a sus órdenes como ariete contra el rival, lo intentará con el mayor desparpajo. Pero no por ello, no por forzar la ética de los informadores, va a lograr que Salamanca le preste lo que Natura non dio.
Un buen día de 1993, el engreído y taciturno Jose María Aznar, coincidió con Jordi García Candau, y le espetó: "esta elecciones las has ganado tú, no el PSOE". Acababa de perder los últimos comicios que ganó Felipe González (aunque esa vez en minoría ) y ni él ni su partido admitían la derrota. Con buen juicio García Candau le contestó: "no me preocupa que lo digas, me inquieta que lo pienses".
Porque la tele no tiene la fuerza suficiente como para que un mal candidato gane unas elecciones. En España, claro. En una democracia. Aunque en una dictadura tampoco, porque no hay comicios. Lo que sí puede hacer la tele - y lo hace - es mejorar las expectativas de quien tiene arrestos suficientes para convencer a su electorado, además de un equipo capaz de utilizar en su beneficio las potencialidades del medio. Aznar ganó un debate pero perdió el segundo. González le aplastó y pudo con el rosario de calamidades que alfombraron aquella legislatura. Es decir, la tele, bien utilizada, descubre y abrillanta las habilidades de un candidato y amplía los defectos de otro y potencia hasta el no va más los errores que puedan cometer.
Por eso reclamo que se dejen de milongas con las beneficios o los perjuicios de un canal televisivo y se dediquen - los políticos y su cuadrilla de asesores - a estudiar los medios de que disponen para su ascenso al poder. Y a comprobar de qué modo pueden dominar el medio televisivo con su presencia, con el estudio del lenguaje icónico; es decir, más trabajar y menos intentar que la manipulación compense su desidia. En Castilla-La Mancha tenemos ejemplos de políticos que llegan a la gente y saben utilizar los recursos del medio televisivo: Bono y García Page.
Tras las elecciones andaluzas, con victoria pírrica del PP, Arenas ha descubierto que cometió un grave error al no acudir a un debate tradicional en Canal Sur. Javier Arenas es otro de los políticos capaces de traspasar la imagen del televisor para llegar a los electores con facilidad. Pero rechazó la comparecencia en una tele que está totalmente implantada en su Comunidad, en Andalucía. Y ese fue un gran error. Me permito decirlo porque tengo testigos de que ya ponderé ese error cuando se produjo, no después de las elecciones. Canal Sur es la tele de los andaluces. Llega a todas partes y un debate con una silla vacía ha sido demoledor para el candidato pepero, que muy probablemente habría corrido a pelo al resto de los candidatos si hubiera dejado al lado la milonga de siempre (como si Telemadrid o Canal 9 fueran una copia reducida de la BBC )
La manipulación a que tanto político incompetente aspira no hace ganar unas elecciones. Se ganan trabajando, recorriendo las circunscripciones electorales, saludando personalmente a cada elector, mejorando el nivel de vida de la gente y dominando las potencialidades de un medio como el televisivo que puede aumentar la belleza de los feos y reducir la torpeza de los menos capaces si aquellos y estos piensan más en trabajar y menos en colocar a los parientes. Más en decir la verdad y menos en convocar ruedas de prensa sin preguntas.
Ahora, cuando comienza el acoso del PP a los informativos de TVE, yo le recomiendo a Rajoy que acuda a un gallego amigo del alma, que tiene al lado, para que le dé unas cuantas lecciones sobre el poder de la tele, el lenguaje, las posibilidades, los recursos del medio. Que se deje aconsejar. Es él y no el relevo partidario de los directivos, el que puede mejorar su imagen entre los electores. Si a su edad es capaz de aprender inglés, que no podrá hacer con el estudio de las técnicas de televisión.
German Losada
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