JOSECHU GUILLAMÓN albacete.lv@laverdad.es
Son las nueve y media de la mañana y aunque su guardia comenzó hace más de una hora, la actividad aún no ha explotado para los abogados Martín Pérez Schmidt y María Dolores Moreno Campos, dos de los 19 letrados que hoy, como todos los días, están de guardia en la provincia de Albacete, para temas penales, como dar asistencia a los detenidos, atender asuntos de violencia de género, participar en juicios rápidos y atender temas de extranjería.
Los dos son unos expertos en estas lides, ya que Martín lleva veinte años en el turno de oficio y Dolores más de siete.
La razón por la que ambos se apuntaron al turno de oficio es porque los dos están enamorados de la abogacía, como explica Mª Dolores. «Un abogado se apunta al turno de oficio porque le gusta la profesión, es algo vocacional. Además esto es algo que te abre el camino al comenzar. Somos muchos abogados y el turno de oficio lo que hace es darte mayor experiencia, más práctica, ves muchos más casos. En la profesión de abogado, siempre se empieza con una pasantía o bien te estableces por tu cuenta, pero al haber tantos abogados, es muy difícil que todo el mundo vaya a tocar a tu puerta. A través del turno de oficio vas cogiendo experiencia y te vas dando a conocer. Lo haces porque te gusta ayudar a la gente que no puede tener en ese momento un abogado particular».
Algo con lo que coincide Martín. «Me apunté porque el ejercicio del Derecho me gusta y el turno de oficio te da una posibilidad muy amplia de no limitarte profesionalmente a una rama muy concreta y específica del Derecho, te da la posibilidad de ver la calle. Se asiste a gente de todo tipo, muchos extranjeros, delincuentes habituales, hay situaciones pintorescas a nivel social o de Derecho Penal, casos de contencioso-administrativo. Es muy variado lo que tocas y eso profesionalmente entiendo que me enriquece».
Lo que está claro es que ninguno de los dos está en el turno por dinero, como explica Mª Dolores. «Es algo muy vocacional, porque de forma particular siempre se pueden tener más ingresos, si lo haces por dinero, no entras en el turno de oficio. El que está en el turno de oficio es porque le gusta la profesión y patearse los juzgados».
Y es que, como explica el gerente del Colegio de Abogados, Vicente Vizcaíno un abogado en el turno de oficio cobra mucho menos que de forma particular. «Los baremos de cobro del turno de oficio se establecieron de por sí bajos, en el año 1996 y no se ha incrementado ninguno. Lo que paga el Ministerio por el turno de oficio, puede ser cinco o seis veces menos que lo que cobra un abogado de forma particular, de media. Esa es la media, pero hay casos mucho más sangrantes».
A pesar de estas diferencias salariales, el turno de oficio en Albacete goza de muy buena salud, ya que de los 890 abogados ejercientes que hay en el colegio de Albacete, alrededor de 300 están en el turno de oficio, un dato que es importante destacar para el decano del Colegio de Abogados, José Serrano Siquier. «Hay que destacar la profesionalidad y la vocación de los abogados de Albacete y especialmente de los alrededor de 300 que están en el turno de oficio, que cuando entró en vigor la ley que aplicó los juicios rápidos y aún no había una partida presupuestaria para ello y pedimos voluntarios para adscribirse de forma gratuita, se presentaron en una semana 200. Lo mismo ha pasado con el turno de asistencia al inmigrante, que funciona desde el 2 de enero. Aunque nuestros colegiados, son conscientes de que el servicio se da de forma gratuita, tenemos apuntados en la actualidad a 56 abogados».
La verdad, es que esto es algo que no ha sorprendido al decano. «La retribución está congelada desde hace mucho tiempo. El turno de oficio es eminentemente vocacional, porque desde luego hoy por hoy, en esta sociedad que vivimos es absolutamente impensable que un abogado esté en el turno de oficio, viviendo de él. El que está, lo hace por esa función social, que entendemos que los abogados debemos cumplir».
Más trabajo
Además de tener unas retribuciones simbólicas, los abogados del turno de oficio cada vez tienen más trabajo, como asegura Vicente Vizcaíno. «El año pasado hubo más de 4.000 casos que pasaron por el turno de oficio. Podemos decir que desde que comenzó la crisis, los casos se han incrementado el doble. Los casos pasaron a ser el doble en 2009 y la cosa se estancó, habiendo la misma cantidad para el 2010. En 2011 los casos han crecido aún más».
Concretamente se pasó de los 1.600 casos de 2008 a los 3.300 de 2009 y 2010, creciendo hasta los más de 4.000 que han llegado en 2011.
En cuanto al número de detenidos a los que se ha atendido en 2011, también ha sido muy elevado. «El dato exacto no lo tenemos, pero en toda la provincia se puede haber atendido el año pasado a un total de unos 4.500 detenidos, aunque hay algunos que se repiten, porque son reincidentes. En Albacete capital, hablamos de una media ocho o diez asistencias a detenidos al día, más las que se estén produciendo en los pueblos. Tampoco a todos los detenidos los asisten abogados del turno de oficio, porque hay abogados particulares que también asisten a sus clientes cuando se les llama».
El que con la crisis más personas soliciten el turno de oficio se debe a dos factores, el primero es que hay más conflictividad social y laboral y el segundo es que cuanto menos dinero tiene la gente, más posibilidades tiene de encontrar un abogado de oficio.
Y es que todo el mundo no puede acceder a este servicio gratuito, como explica el gerente del Colegio de Abogados. «Los requisitos de carácter económico para solicitar la asistencia jurídica gratuita son, en primer lugar, los ingresos, que no pueden superar los 14.910 euros anuales o los 1.242 euros al mes, en bruto. El segundo requisito es el del patrimonio, por ejemplo cuando tienes más de una vivienda ya no se concede, también se lo hemos negado a un hombre que lleva 20 años sin trabajar y vive bien, por ocultación de datos. Es decir, se niega cuando se tiene un patrimonio por encima de la media o cuando hay signos claros de que tiene más de lo que acredita».
Por otro lado, tampoco cualquier abogado puede ejercer en el turno de oficio. «Para ser abogado del turno de oficio es necesario tener tres años de colegiación como ejerciente, con lo que tiene que tener experiencia y la escuela de práctica jurídica aprobada, además de aprobar un examen práctico que se llama CAP. Sin esos requisitos, nadie puede ser abogado del turno de oficio. Para trabajar de abogado hasta la fecha cualquier licenciado en Derecho sólo tenía que inscribirse en el colegio y ya podía ejercer, ahora es igual aunque tiene que pasar un examen práctico. Con lo cual el abogado del turno de oficio no es el peor, sino el más preparado y el que más formado está».
En cuanto a los casos más habituales con los que se encuentra un abogado del turno de oficio son muy variados, aunque son muy comunes los casos de conductores, sin permiso, los conductores ebrios, los malos tratos, quebrantamiento de medidas cautelares, impagos de pensiones, los robos y en estos tiempos de crisis, los despidos improcedentes y todo tipo de conflictos laborales.
La guardia
Regresamos al despacho de Martín Jesús Pérez Schmidt y María Dolores Moreno Campos, dos de los abogados que hoy acaban de comenzar su guardia. A primera hora de la mañana ambos recogieron un teléfono en el Colegio de Abogados, para realizar la guardia; teléfono que está en manos de todos los organismos (Juzgados, Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local...), para que los letrados puedan ser localizados en cualquier momento.
Sin embargo, el primer trabajo de la guardia para Martín, es una vista, por un despido improcedente, que ya estaba prevista. Se trata del caso de Inés, una chica que tras caer enferma y ser operada, dejó el hospital y fue a su trabajo a llevar el parte de baja, pero la empresa había cerrado y su jefe no contestaba a sus llamadas de teléfono, con lo que dejó de abonarle una cantidad nada despreciable.
Al haberse quedado en paro, Inés decidió solicitar asistencia jurídica gratuita. «Estoy sola con dos niñas y no tenía dinero para pagar un abogado, porque encima no me habían pagado, con lo que recurrí al turno de oficio».
Son las diez de la mañana y nos encontramos en el Juzgado de lo Social 3, de la calle El Tinte y tras un juicio por el despido, celebrado anteriormente, hoy sólo hay que celebrar una vista para reclamar la cantidad que le corresponde a Inés, por los meses que pasó sin cobrar.
Las cosas no pueden salir mejor y antes de la celebración de la vista se llega a un acuerdo de conciliación con el abogado de la defensa, por el que Inés recibirá más de 5.000 euros en menos de un mes, 2.200 más de lo que se esperaba inicialmente.
Aún en paro, Inés vuelve a respirar, gracias al trabajo de Martín. «Estoy encantada con el turno de oficio. La experiencia ha sido estupenda».
Detenidos
Por su parte, a las 10:20 horas Mª Dolores recibe una llamada del Juzgado de lo Penal 3, porque hay que asistir a varios detenidos. El primero de ellos es un joven acusado de robar placas de matrícula y utilizarlas para repostar con su coche e irse sin pagar de varias gasolineras.
Fue detenido hace dos días, como responsable de los delitos de hurto, estafa y falsedad documental y ahora debe declarar ante la juez. En comisaría ha mantenido su inocencia y Mª Dolores le recomienda que ahora haga lo mismo. Todos los nervios que traía, pues tiene causas pendientes, se esfuman cuando le quitan las esposas y le ponen en libertad a la espera de juicio y su madre le abraza al salir.
Son las 11:15 y María Dolores conoce a su nueva cliente, una joven acusada de robar en casa de su tía, que se había marchado de fin de semana y al volver encontró la casa patas arriba.
La chica, oculta tras su capucha, lo niega todo y aunque reconoce que consume sustancias estupefacientes, afirma que mantiene una buena relación con su tía, quien por su parte asegura que se llevaban bien, hasta que en verano le quitaron a la chica la custodia de su hija por consumir drogas. Finalmente también queda libre.
El tercer detenido, al que tenía que dar asistencia Mª Dolores es un inmigrante, con lo que el caso se deriva a los abogados de guardia del turno de extranjería.
Son las 12:25 horas y Martín asiste a un hombre que tiene que declarar ante la juez de Instrucción. se trata de un quebrantamiento de condena, ya que el hombre dejó de cumplir los trabajos en beneficio de la comunidad, a los que había sido condenado por un caso de maltrato. Tras cumplir cuatro días se ausentó, al parecer por una baja laboral y luego los servicios sociales no lo localizaron. La pena por esto sería de multa, en función de sus ingresos y lo que marca el Código Penal, que oscilaría aproximadamente entre los 2.200 euros y los 3.650 euros.
Al procesado no se le toma declaración hasta las 13:35 horas, manifiesta que estuvo de baja, por lo que sólo pudo cumplir cuatro días de trabajos para la comunidad y el resto no fue por estar de baja y luego servicios sociales no le comunicó que debía continuar, por eso no cumplió.
Además el procesado presenta una hoja de antecedentes penales, en la que están todos cancelados, con lo que puede ser que haya prescrito esa pena de trabajos en beneficio de la comunidad. «Le he dicho que suba al juzgado de lo penal -explica Martín-, para ver si ha prescrito y si no ha prescrito le he dicho que solicite el cumplimiento voluntario del resto de la pena que le queda, porque así el fiscal será más benévolo a la hora de acusar».
Estafa
Mientras Martín empezaba con este caso, María Dolores (a eso de las 12:35 horas, se hacía cargo de un hombre que estaba en prisión por un delito de estafa continuada. Se le acusa de adquirir lotería y jamones, sin pagarlos, para su posterior reventa. Cuenta con un abogado particular, pero no le han avisado, con lo que Mª Dolores, tras hablar con él, se ha hecho con el caso, para ver si le conceden la libertad, hasta que tenga lugar el juicio.
Para ello, Mª Dolores plantea las alegaciones que en principio iba a presentar su abogado particular, todo lo contrario de lo planteado por el Ministerio Público. «El fiscal ha pedido la prisión provisional, porque dice que dados los antecedentes delictivos de este señor y el tipo delictivo del que se le acusa, que es una estafa continuada, hay que evitar que pueda continuar delinquiendo, pretenden que la prisión provisional se mantenga. Nosotros hemos pedido la libertad, dadas sus circunstancias personales, la enfermedad que tiene, que tiene un domicilio conocido, que no tiene recursos económicos para fugarse de la justicia y la falta de indicios por el que se le pueda imputar».
Al final, se le deja en prisión, debido a que las cantidades que supuestamente estafó son muy elevadas y tiene tres condenas por estafa y tres por apropiación indebida.
A las 14:00 horas, Mª Dolores tiene que marcharse al puesto de la Guardia Civil de Aguas Nuevas, para atender a un detenido y Martín a la comisaría de Policía Nacional, para el interrogatorio de una mujer, que dice sufrir malos tratos de su marido, desde hace años. El marido se ha ido a vivir a otro piso y ella ha descubierto que tiene un amante. Cuando hay problemas, él le da el dinero con cuentagotas. Tras presentarse en la vivienda ha encontrado una caja fuerte y tras encontrar los llaves, ha cogido el dinero y el marido ha denunciado el robo.
Son las cuatro de la tarde y Martín aún no ha comido y como a María Dolores aún le quedan 16 horas de guardia.
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