Siempre ha estado ahí, pero para muchos no era una opción. El sector agrario es sinónimo, por tradición, de sustento económico en la provincia de Albacete, aunque los jóvenes no lo hayan tenido en cuenta y eligieran otras alternativas en el pueblo y, sobre todo, en la ciudad. Sin embargo, cada vez son más los que están volviendo la mirada hacia las posibilidades que da el campo. Trabajar en la agricultura y la ganadería por cuenta propia, sin más jefes que uno mismo y disfrutando al máximo del paisaje es una estampa idílica a la que hay que sumar valores de sacrificio, esfuerzo y resignación ante las inclemencias meteorológicas, sin olvidar las derivadas de un mercado altamente globalizado.
El pasado mes de abril, 51.564 albaceteños figuraban como demandantes de empleo. El paro se deja sentir en todas las áreas de actividad, pero la agricultura es la que menor cifra de profesionales inactivos registra: 4.020 frente a los 6.454 de la industria, los 7.863 de la construcción y los 29.253 del sector servicios. Los jóvenes tienen pocas expectativas: el paro en este colectivo alcanza el 51,5%, más del doble que en la Unión Europea. En este contexto, las organizaciones agrarias constatan un creciente interés por el sector primario como vía de acceso al mercado laboral, una posibilidad que Castilla-La Mancha subvenciona siempre que se tengan más de 18 años y menos de 40.
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