Foto:Esparcia La verdad de Albacete
«Mi padre está mal, le duele la cabeza, no puede hablar. No sabe bien lo que pasó». Con estas palabras explicaba ayer Aurel Relmives como se encontraba su padre, tras ser detenido como responsable del homicidio de un vecino de Alborea, Pedro I.N., al que presuntamente asestó una puñalada mortal en el corazón el pasado domingo por la noche.
En cuánto al por qué de lo sucedido Aurel no sabía a que se debía. «No se por qué discutieron, para todos mi padre es un hombre bueno».
En el pueblo, que ayer amaneció con las banderas del Ayuntamiento a media asta, no se hablaba de otra cosa y es que tanto los vecinos nacidos en Alborea, como los rumanos, que según el alcalde del municipio, José Rafael Navarro, son unos cien, no entienden lo sucedido, ya que el presunto homicida no era una persona problemática.
«El detenido lleva mucho tiempo en el pueblo -explicaba una mujer rumana vecina de la localidad-, es gente tranquila, con familia, no es de emborracharse ni buscar líos. Yo es lo que conozco de él».
Otra vecina rumana, Ramona Ciobanu, coincidía con su compatriota. «No era una persona de dar problemas, ni bebía, ni daba escándalos, ni salía a los bares, ni nada de nada».
No se resistió
Quizá por esa buena conducta de la que hablaban sus compatriotas, no se resistió cuando fue detenido, como explicaba el alcalde de Alborea, José Rafael Navarro. «Me consta que se le detuvo muy rápido, no presentó oposición. Tras el apuñalamiento él cogió su coche y se fue a su casa. La hija del agresor le dijo a la Guardia Civil donde vivía su padre, tuvo que indicar la casa, porque no sabía el nombre de la calle y se acababa de cambiar. Cuando llegó la Guardia Civil él no opuso resistencia, la Guardia Civil lo tuvo en su casa y después se lo llevó a las dependencias de la Comandancia. Lo detuvieron rápido, la Guardia Civil está haciendo un trabajo fenomenal».
En cualquier caso, lo que más ha sorprendido de este crimen, es que el fallecido tenía muy buena relación con los rumanos en general y con su agresor en particular, como comentaba Ramona Ciobanu. «Han estado trabajando juntos, también le ha buscado trabajo en otro sitio, le ha ayudado muchísimo, no se sabe porque ha llegado a actuar así. A la hija también le buscó el trabajo este hombre». Juan Alcaraz, que conocía al fallecido corroboraba esa buena relación. «Yo conocía a Pedro, nos enteramos anoche. Pedro tenía muchos trabajadores rumanos y casas alquiladas a los rumanos. Él vive de la construcción. Él se llevaba bien con la comunidad rumana y no tenía problemas con ellos».
Sin embargo, la relación con su presunto asesino podría haberse deteriorado porque al parecer éste le debía dinero como explicaban varios vecinos como Isabel Martínez. «El rumano le debía varios meses del alquiler de la casa, la luz y el agua y el tío lo que hizo es cambiarse de casa y no le pagó. Este hombre le debió de decir haz el favor de pagarme esto, a lo mejor lo amenazó y pasó lo que pasó. Él fue además quien lo colocó donde los gorrinos de la Balsa a él, a la hija y al yerno».
Por su parte, el alcalde de la localidad aseguraba que de momento sólo se podía hablar de rumores y que había que esperar a que las investigaciones dieran sus frutos. «No sabemos las causas, se está especulando mucho. No sabemos si ha sido por algo fortuito o por algo que tenían pendiente, no sabemos nada. Queremos que la Justicia haga su trabajo y condene como deba de condenar al agresor, porque estos hechos no pueden suceder, ni deben suceder, ni por dinero, ni por un alquiler, ni por cualquier otro motivo».
Destrozada
En cuanto a la familia de la víctima, el alcalde explicaba que se encontraba totalmente destrozada. «Anoche estuvimos con la mujer de Pedro, se la llevó un vecino a su casa, porque estaba muy mal, la sedaron y se fue a casa y después se fueron a Albacete cuando se llevaron el cuerpo».
Una vecina de la familia, María Luisa Sánchez, dijo que incluso en un primer momento se le dijo a la ya viuda que su marido había muerto de un infarto, con el fin de amortiguar el golpe. «Anoche hablé con la familia y están muy dolidos, destrozados, porque ha sido algo totalmente inesperado. Él salió de su casa y ya no volvió. A la mujer le dijeron en principio que le había dado un infarto y ella se fue a Albacete pensando que había sido un infarto. Me imagino que la familia se lo habrá contado en Albacete, ella me decía que él había salido bien de su casa y nosotros le decíamos que con un infarto no se puede saber, que le vamos a decir. La familia está muy dolida».
El hijo del fallecido, que tiene 22 años y está estudiando periodismo en Valencia, se enteró nada más llegar allí. «Se había ido del pueblo a las cinco de la tarde. Fue llegar allí y le dijeron que a su padre le había dado un infarto y que iban a por él y anoche vino sobre las 10:30 u 11:00. El cuerpo se lo llevaron a las 12:15 o así y la familia salió detrás».
El pueblo, que vivirá hoy su segunda jornada de luto, acogerá esta mañana el entierro de Pedro I.N.
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