Según se desprende del trabajo, dos productos tan tradicionales como queso y azafrán logran integrarse como alternativa a la escasa diversidad de los quesos de oveja con el fin de incrementar la competitividad de una industria de gran tradición y arraigo en Castilla-La Mancha. Para ello se han abordado numerosos estudios que han permitido desarrollar y optimizar un método de extracción del azafrán para incorporarlo al proceso productivo quesero que aproveche al máximo el poder colorante y aromatizante de la especia. “Tras dicha fase, se ha caracterizado este nuevo queso a lo largo de toda su maduración, y se ha establecido el grado de aceptación del nuevo producto para el consumidor.”,-indicaCarmen Cecilia Licón, a la vez que añade que también se han desarrollado técnicas de análisis que permiten asegurar la calidad del producto y la autenticidad de sus materias primas.
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