La verdad
En 2011 la capital y Villarrobledo fueron las dos localidades de la provincia con mayor número de procedimientos
Con el agua al cuello muchos son los que ven como la vivienda que consiguieron con un esfuerzo ímprobo acaba siendo subastada en los juzgados. Una situación a la que nadie quiere llegar, pero que en los últimos años se ha convertido en algo cada vez más usual.
El año pasado (hasta el 9 de diciembre) en los juzgados albaceteños se contabilizaron 81 subastas de inmuebles.
Un dato ligeramente inferior al registrado en los dos años anteriores cuando se superaron el centenar de inmuebles subastados, según los datos facilitados por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. Eso, a pesar de que en 2011 la crisis se recrudeció en Albacete, al igual que en el resto del país, tal y como pone de manifiesto la evolución que experimentó la inflación o el crecimiento imparable del número de desempleados.
Pisos, casas, chalets, naves, cocheras, solares, parcelas e incluso locales comerciales fueron puestos a la venta en los juzgados albaceteños el pasado año.
Aunque, sin lugar a dudas, el mayor protagonismo lo tuvieron los pisos ya que supusieron más de la mitad de los bienes inmuebles que conformaron alguna de las subastas celebradas en la provincia. Una tendencia que se viene repitiendo en los últimos años, tal y como confirman las estadísticas facilitadas.
Detrás de la mayoría de las subastas que se producen se encuentra, como detonante, la crisis y los efectos de ésta. Y es que no pocos han sido los que han visto cómo perdían su empleo y cómo hacer frente al pago del crédito hipotecario se convertía en una misión casi imposible.
Eso sí tanto las familias afectadas como los bancos o entidades financieras hacen todo lo posible para evitar que la situación de impago culmine en el embargo judicial de la vivienda o de la finca en cuestión.
Cuando, pese a todo, termina siendo inevitable el siguiente paso es la subasta del inmueble en cuestión. Una situación que hace apenas unos años en Albacete era prácticamente anecdótica y que, a medida que la crisis fue agudizándose, se hizo más habitual.
En 2008 en la provincia el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha computó un total de 46 subastas judiciales de bienes inmuebles. Un año más tarde se realizaron un total de 102 subastas en once localidades albaceteñas.
Villarrobledo y Albacete se situaron a la cabeza en número de procedimientos. De hecho el municipio villarrobledense concentró más de la mitad de procesos que se llevaron a cabo.
Pero tampoco los habitantes de poblaciones mucho más pequeñas se libraron de sufrir en sus carnes los efectos de los impagos de créditos hipotecarios. Peñas de San Pedro, Pozo Lorente y Riópar fueron algunos de estas localidades.
En 2010 el número de subastas celebradas volvió a superar el centenar. En 62 casos el inmueble en cuestión se hallaba en la capital albaceteña. Otros 18 casos se localizaron en Villarrobledo. En 2011 el número de subastas celebradas (hasta el 9 de diciembre) por primera vez en los dos años anteriores fue ligeramente menor. De hecho se computaron hasta esa fecha un total de 81 procedimientos en los juzgados albaceteños. La mayor parte de las subastas, una vez más, se concentraron en la capital albaceteña (39 procedimientos) y en Villarrobledo (16 procesos).
No obstante, se licitaron inmuebles a lo largo del año pasado también en una decena más de municipios. Balazote, Chinchilla, El Bonillo, La Gineta, Liétor, Munera, Pozo Lorente o Santa Ana, son algunos de ellos.
Convocatorias
Los juzgados de Primera Instancia suelen ser los órganos encargados de llevar a cabo estos concursos judiciales, si bien no son los únicos. De hecho estos procedimientos pueden ser desarrollados por juzgados de Lo Mercantil, por ejemplo. Además las subastas no solo son de bienes inmuebles. También hay casos en los que se puede pujar por bienes muebles, es decir vehículos, maquinaria, joyas u otros.
Las convocatorias de las subastas se dan a conocer en los juzgados en los que se celebran. Para ello los edictos que se publican se fijan en el tablón de anuncios de los juzgados en cuestión. También hay ocasiones en las que estos edictos se publican en los diferentes boletines oficiales o se incluyen en la web de la Gerencia del Tribunal Superior de Justicia. El objetivo es dar la máxima publicidad y difusión al proceso.
Antes de subastar el bien en cuestión, los peritos judiciales se encargan de tasar el bien embargado. En los casos de bienes hipotecados éste paso no es necesario ya que se utiliza la valoración que se estableció en la escritura de constitución de la hipoteca.
En el caso de que existiesen cargas que gravasen el valor del bien que se va a subastar, el secretario judicial del juzgado de turno deduce del valor tasado el importe de las mismas. El importe resultante será el valor de salida del bien.
Y, ¿cómo se puede participar en las subastas? Aparte de conocer otros datos del bien que interesa y del juzgado donde se subastará y la fecha, es esencial saber el importe del depósito a ingresar en el banco y el número de la cuenta del juzgado en el que hay que hacerlo.
Otra de las cuestiones fundamentales es comprobar las cargas que tiene el bien que sale a subasta. Para ello hay que dirigirse al juzgado convocante de la subasta o al Registro de la Propiedad. Una vez obtenida la información, para poder participar en este concurso judicial hay que ingresar en el banco un depósito de un 20% del valor de salida en el caso de bienes muebles, y de un 30% en el caso de bienes inmuebles. Estos depósitos pueden ser sustituidos por avales bancarios.
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