TERESA ROLDÁN
Son más de 1.000, una cifra ligeramente superior al año pasado, los sanitarios de las diferentes especialidades, que ayer pasaron por la difícil prueba de examinarse en el campus universitario de Albacete para optar a una de las 8.264 plazas de formación sanitaria especializada que les permitirán tener un empleo al tiempo que se forman en la profesión deseada. A nivel nacional concurrieron a estas duras pruebas 37.799 titulados universitarios.
Muchos de estos opositores eran médicos, en concreto, 198, algunos incluso ya pasaron por esta misma prueba el año pasado y lo vuelven a hacer para probar mejor suerte y poder optar a la especialidad deseada.
Y es que el examen de ayer no era cualquier cosa. En el caso del destinado a los médicos la duración de la prueba era de cinco horas, durante las cuales tenían que rellenar 225 preguntas, más 10 de reserva, de las cuáles 30 introducían el apoyo adicional de imágenes para complementar los textos de las preguntas. En el caso del examen de Enfermería, la duración era menor, en torno a las dos horas.
Los que ya han iniciado la residencia recuerdan esta prueba con alivio, el mismo que sintieron nada más terminar el examen. Así lo calificaba la residente de Anestesia de segundo año Ana Belén García Cano, natural de Granada, que se preparó esta prueba durante un año en la academia MIR del Colegio de Médicos de Granada y recordaba esta prueba como «una liberación, yo por mí la hubiera hecho un mes antes, porque los últimos días son como una pesadilla y quieres acabar con ella».
Ana Belén García recuerda que «antes de realizar la prueba MIR no tenía claro la especialidad que quería hacer, pero sí las características que quería que reuniera mi especialidad, porque por la nota que obtuve podría haber estudiado cualquier especialidad»
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