EUROPA PRESS
El salón-auditorio del colegio Nuestra Señora de los Infantes de Toledo acogerá este viernes el preestreno de la película polaca 'Popieluzsko. La libertad está entre nosotros', la cual ya ha tenido alrededor de 1,3 millones de espectadores en Polonia, convirtiéndose así en la segunda película más vista del año en este país.
El filme, que se estrenará oficialmente en los cines el próximo 27 de enero, narra la historia del Padre Popieluzsko en su lucha por ayudar a los trabajadores polacos durante la época comunista. Este largometraje podrá ser visionado en Toledo en dos pases, uno a las 17.30 horas y otro a las 20.00 horas, a cambio de un donativo de 10 euros.
La recaudación de las entradas será destinada de forma íntegra a la organización 'Ayuda a la Iglesia necesitada' que se encarga de desarrollar proyectos solidarios en distintos países en los que los cristianos son "perseguidos y asesinados".
LOCALIZACIONES
Para su realización el equipo de rodaje ha trabajado durante 75 días en 120 localizaciones distintas correspondientes a 14 ciudades polacas. Además, han contado con la colaboración de 200 actores y de alrededor de 7.000 extras.
Este largometraje, que ha sido el más caro del año en Polonia, ha tenido un coste total de tres millones de euros, los cuales han sido financiados en un 40 por ciento por el Instituto Polaco de la Cinematografía, y el resto proviene de la colaboración de gobiernos locales, de préstamos de bancos, e incluso de la hipoteca de objetos del propio director, Rafal Wieczynski, y de su mujer.
Según ha explicado Wieczynski, la crítica polaca se ha posicionado en dos posturas totalmente opuestas respecto a esta película. Mientras que unos han estado "muy a favor", otros han publicado críticas "muy en contra", pero "no por sus cuestiones artísticas sino por sus ideas propias", ha apuntado el director.
SINOPSIS
La película, ambientada en Polonia durante los años 80, narra la vida del sacerdote Popieluzsko, un religioso que encabezó las protestas de los trabajadores ante la presión del sistema comunista.
La figura de este capellán polaco aparece en la película como "mártir" y "vencedor", ya que a pesar de los continuos intentos de asesinarle, él no huyó del país y continuó ofreciendo su ayuda.
Finalmente fue asesinado y, según ha señalado el director, su muerte hizo que la gente dejara de tener miedo. A su entierro acudieron más de 600.000 personas, entre ellos el propio Wieczynski, quienes empezaron a despertar el miedo entre los miembros de la Policía, los cuales se escondían para que la multitud no acabara con ellos.
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