El arzobispo de Toledo Braulio Rodríguez, ha aseverado este martes que "ni el día de Todos los Santos es el día dedicado a recordar a nuestros seres queridos muertos, ni estos días tienen que ver con la desgraciada importación de la calabaza con los feos agujeros para los ojos y la boca, que carece de gracia y atractivo, y que simboliza la muerte sin creencia en la resurrección, sino otras lindezas paganas".
Durante la homilía que monseñor Rodríguez ha pronunciado en la Catedral Primada con motivo de la solemnidad de Todos los Santos, ha considerado "una verdadera lástima" que en vez de aprovechar el Día de Difuntos para rezar por ellos se dedique "a otras mascaradas incluso en colegios católicos".
El arzobispo ha explicado que el origen de la fiesta de Todos los Santos se remonta al siglo IV, pues en Antioquia se celebraba ya una fiesta de todos los mártires, que es una celebración colectiva "porque se quiere subrayar no este o aquel santo o santa sino la multitud, todos, pues la Iglesia es un pueblo de santos".
No obstante, a su juicio, actualmente se está "muy lejos de lo que nuestro mundo o cultura no cristiana piensa de la muerte" ya que la piedad popular ha unido el culto a todos los santos y el recuerdo de los difuntos, tal vez por la proximidad cronológica de una y otra conmemoración litúrgica.
El arzobispo de Toledo ha recordado que es el día 2 cuando se ofrece la santa misa por los difuntos y que si se acude a una iglesia u oratorio a rezar el Padrenuestro y recitar el Credo, la Iglesia concede Indulgencia plenaria aplicable sólo a las almas del purgatorio. Igualmente si se visita "piadosamente" un cementerio y oran un rato por los difuntos desde el día 1 al 8 de noviembre, a ellos se les puede también aplicar la Indulgencia plenaria.
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