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miércoles, 9 de noviembre de 2011

Visto para sentencia a la mujer que abandonó a su hijo recién nacido, metido en una bolsa de plástico

Ayer quedó visto para sentencia, en la sección Primera de la Audiencia Provincial, el juicio contra M.C.S., la mujer que abandonó a su hijo recién nacido, metido en una bolsa de plástico, frente a un portal en el barrio San Pablo. La acusada, de nacionalidad rumana, aseguró ante el juez que no quería matar al bebé y que no pidió asistencia médica o la ayuda de los servicios sociales porque «no tenía papeles» y temía ser expulsada.
La Fiscalía, que recordó en sus conclusiones que la posibilidad de que la hubiesen echado del país era «impensable» debido a su situación personal y al hecho de que, además de pertenecer a un Estado de la UE, llevaba diez años residiendo en España, mantuvo su petición de 12 años de prisión por un delito de «asesinato intentado», mientras que la abogada de la defensa solicitó un año de cárcel por «abandono de un menor poniendo en peligro su vida», con el atenuante de «trastorno de la personalidad».
Los hechos se produjeron el 13 de octubre del año pasado, cuando M.C.S., que por entonces tenía 34 años y se ganaba la vida ejerciendo la prostitución, abandonó en la calle al niño que acababa de parir, estando sola en la casa de un amigo donde, según dijo, residía desde hacía un mes. La acusada reconoció que introdujo al niño sin ropa y todavía con el cordón umbilical dentro de una bolsa de plástico, aunque negó que la misma bolsa hubiera también desperdicios de comida como una lata de refrescos y otra de conservas, tal y como aseguraron los testigos.
Con el pequeño en la bolsa, en donde también había metido una nota en la que decía «quien lo encuentre que lo tire a la basura o lo lleve al hospital», M.C.S salió a la calle para, presuntamente, dirigirse a un descampado próximo y abandonar allí al niño. No obstante, la mujer insistió ante la Fiscalía que lo dejó «en un portal» porque quería que «alguien lo cuidara», y que en ningún momento se dirigió «a un lugar oscuro y apartado».
Se fue a un bar
Finalmente, abandonó a su hijo frente al número 36 de la calle Córdoba y se marchó a un bar «a tomar una Coca-Cola» y «a hablar con las camareras». El niño, cuya tutela asumió tras los hechos la Junta de Comunidades, salvó su vida gracias a la intervención de una pareja, C.F. y J.C.T., que estaba por las inmediaciones. Ambos siguieron a la madre, a la que conocían «de vista», tras escuchar el llanto de un bebé: «La vimos pasar con una bolsa. Al principio se oía llorar fuerte, y luego menos», dijo J.C.T., quien relató que, cuando sacaron al niño de la bolsa, «una blanca atada dentro de una verde, atada también», el recién nacido estaba «con sangre, morado; casi no se movía». «Estaba helado», manifestó.
Junto a la pareja que encontró al bebé y llamó a emergencias y el hombre en cuyo domicilio tuvo lugar el parto testificaron los agentes que se personaron en el lugar de los hechos y detuvieron a la mujer, así como los forenses y psiquiatras que han tratado a la acusada en este tiempo. Éstos indicaron que M.C.S sufre un trastorno «antisocial» de la personalidad que no le impide «saber lo que está haciendo», y destacaron su actitud de «indiferencia» y la «ausencia de sentimiento de culpa». Además, indicaron que, según la historia clínica a la que habían tenido acceso, la mujer ya tuvo un embarazo en 2009 «de 35 semanas».
Por su parte, la defensa argumentó que no queda acreditado que en la conducta de la mujer «hubiese ánimo de matar al bebé» y señaló que si así hubiera sido lo podría «haber tirado a la basura junto a la placenta». También alegó que su indiferencia hacia lo sucedido «es síntoma de un trastorno que no estaba medicado» y que pudo verse influido por la ingesta de alcohol.

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