(EFE).- Agricultor combativo antes que aspirante a liderar la izquierda, Cayo Lara está ahora con un pie en el Congreso de los Diputados justo tres años después de hacerse con los mandos de una Izquierda Unida que llevaba años inmersa en un conflicto interno permanente y lograr amansarla.
Presume, precisamente, de que la Ejecutiva actual ha conseguido por fin pacificar la organización y no quiere ni hablar -es más, le molesta profundamente que se lo recuerden- de la reciente rebelión de Extremadura que, tras las elecciones autonómicas de mayo, propició, con la abstención de sus tres diputados autonómicos, que gobernara el PP por primera vez en la Junta.
No obstante, sí es cierto que salvo este "negro episodio", en los tres años que lleva al frente de IU ha conseguido mantener los entresijos más o menos apaciguados.
Sin ninguna experiencia parlamentaria, Cayo Lara, a punto de cumplir los sesenta, sustituirá previsiblemente a Gaspar Llamazares al frente de IU en la cámara, donde incluso podría ser el portavoz de un grupo parlamentario propio si se cumplen los pronósticos de las encuestas.
Pero si el Parlamento le es completamente ajeno, algo que le produce cierto vértigo -como él mismo ha reconocido- la política ya le enganchó desde muy joven cuando se convirtió en el líder del movimiento agrario en la comarca de La Mancha y en Ciudad Real.
En 1984 era el máximo responsable estatal de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
Desde su punto de partida ideológico, el comunismo, comenzó a hacerse notar como organizador de la campaña del PCE para defender en el referéndum de 1986 la no integración de España en la estructura militar de la Alianza Atlántica, que fue precisamente lo que impulsó la creación de IU el 27 de abril de ese año.
Concejal del PCE y después alcalde con mayoría absoluta durante una década en su pueblo natal, Argamasilla de Alba (Ciudad Real), Cayo Lara empezó a volcarse en IU, primero como coordinador de su provincia y, posteriormente, como coordinador regional de Castilla La Mancha.
Su momento le llegó cuando Gaspar Llamazares dimitió como coordinador general tras el desastre electoral de 2008 y decidió entonces dar el salto y disputar con otros cuatro candidatos el liderazgo de IU.
Lo consiguió, pero no a la primera. Hizo falta un mes de debates y contradebates entre las distintas sensibilidades de IU para llegar al acuerdo que finalmente le proclamó coordinador general el 14 de diciembre de 2008
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