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El presidente del Congreso, José Bono, puso ayer en duda que el PSC pueda promover algún candidato para dirigir el PSOE y pidió que se tenga en cuenta para la dirección a socialistas ganadores, como el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, o el de Soria, Carlos Martínez. Bono hizo estas declaraciones tras presidir la colocación en el Congreso de un busto del último presidente de la II República, Manuel Azaña, donde manifestó que los socialistas catalanes «llevan demasiado tiempo diciendo que no son del PSOE», y lo que este partido necesita es un líder que defienda a España «sin complejos».
El expresidente castellano-manchego declaró que, tras la derrota del 20N, entre los socialistas «no es momento de los reproches ni de ajustarnos las cuentas, porque aquí, lo que se dice perder, hemos perdido todos». Sin pronunciarse por el dirigente que a su entender debería tomar las riendas del partido en el congreso de febrero, sí ha reiterado que a él le gustaría que al nuevo secretario general socialista «no le dé vergüenza, cuando acabe el congreso, gritar ¡Viva España!». Es decir, apuesta por «un español sin complejos».
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