Cabañeros (Ciudad Real), 6 nov (EFE).- Conocer los restos de fósiles de crucianas y gusanos marinos con un pasado paleontológico de 500 millones de años o adentrase en aspectos relevantes de la geología son algunas de las propuestas turísticas que ofrece el Parque Nacional de Cabañeros y que cada vez tiene más aceptación entre sus visitantes.
La georuta discurre por el entorno de la garganta del río Estena, donde se localizan tres "geositios" que forman parte del patrimonio geológico español con rango internacional, y ofrece a los turistas conocer qué fue lo que acaeció hace cientos de años en este lugar.
Los yacimientos de huellas fósiles de gusanos gigantes marinos, las congregaciones icnológicas de crucianas o el fenómeno natural conocido como Discordancia Toledánica son un sugerente complemento a la visita que pueden realizar los turistas al interior del parque.
El río Estena, que ha tallado uno de los desfiladeros más espectaculares de la comarca, es el escenario por el que discurre esta georuta diseñada por el Parque Nacional de Cabañeros, en colaboración con el CSIC, la Universidad Complutense y el Museo Geominero del IGME, y en cuyo recorrido se pueden apreciar afloramientos rocosos y estratos con fósiles que testimonian su pasado marino.
Cientos de personas se adentran cada semana en esta ruta para "pisar lo que hace 500 años fue una zona que estaba completamente inundada por el mar" explica a Efe Julio Cabo, propietario de la Casa Rural 'El Boquerón del Estena' y colaborador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Museo Geominero.
Durante este recorrido, que se puede efectuar acompañados por expertos guías del Parque, que prestan este servicio de forma gratuita, las personas se adentran en territorios precursores de la Iberia actual y que formaban parte de la plataforma continental marina del desaparecido macrocontinente conocido como Gondwana.
En este lugar, explica Cabo, se pueden encontrar abundantes muestras de icnofósiles que se han conservado hasta la actualidad, y cuyo ejemplo más significativo son la huellas fósiles de galerías excavadas por los gusanos gigantes marinos más antiguos del mundo encontrados hasta este momento y que, en 2010, fueron descubiertas y datadas por un grupo de geólogos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Se puede observar también una impresionante pared en la que ha quedado reflejada "una gran congregación de trilobites de más de dos metros ancho por uno de alto", lo que la convierte en una "huella del pasado, única en el mundo".
En la ruta, que discurre por un extenso bosque de vegetación de ribera excepcionalmente conservado, donde también se encuentran relictos de vegetación atlántica, también se puede comprobar el "espectacular afloramiento de la llamada Discordancia Toledánica, uno de los testimonios más impresionantes de la tectónica anteordovícica a escala europea", asegura Cabo.
Otros atractivos especiales son la observación de las gruesas capas cuarcíticas y los canchales o pedrizas que emergen entre la vegetación. A ellos, se unen las conocidas como 'Torres del Estena', una sorprendente formación columnar de piedra, cuya singularidad le llevó a ser inmortalizada en un sello editado por Correos.
Además, por la ruta del 'Boquerón del Estena' se pueden reconocer abundantes señales de actividad biológica e, incluso, distinguir detalles del pasado marino como las rizaduras de corriente, que ofrecen también una señal inequívoca de que Cabañeros gozó también de un ambiente costero hace 500 millones de años.
El Parque Nacional propone realizar este recorrido junto a guías que convierten el recorrido en un paseo didáctico de gran interés, en la que también se puede disfrutar de un paisaje de gran belleza, pues encinas, alcornoques, quejigos y jaras se entremezclan con fresnos y sauces, vegetación asociada a las riberas de los ríos y árboles de carácter norteño como el tejo o el abedul.
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