raton derecho

jueves, 1 de diciembre de 2011

El alcalde de Toledo, que concede a ABC la primera entrevista en el marco del Congreso Federal del PSOE, dice: «Veo de un enorme reconocimiento social a Patxi López, que gobierna con apoyo del PP; y conozco a alcaldes de mucha valía como los de Lérida y Tarragona»

ABC
Rubalcaba, Chacón...y ahora ¿Emiliano García-Page? Se lo rifan las cadenas de televisión, las emisoras de radio y los periódicos nacionales, pero ha decidido conceder su primera entrevista a ABC. Y en su ciudad, Toledo. Desde que su nombre saltara como posible candidato para liderar la renovación que el PSOE intenta acometer tras su espectacular derrota electoral, los socialistas parecen haber encontrado esa «tercera vía» que viene pegando fuerte y abriéndose paso, y que piensa que el futuro del partido no puede estar entre los que se han sentado en el Consejo de Ministros de Zapatero o los que han perdido la confianza del electorado. Page es un ganador de elecciones en medio de las dos últimas grandes victorias del PP. En Toledo, cuyos ciudadanos han votado a Cospedal y Rajoy mayoritariamente, le votan a él como alcalde. Junto a algún alcalde vencedor más, y algún barón, -de momento- algo se fragua entre los cientos de delegados que acudirán en febrero al XXXVIII Congreso Federal del PSOE. Viendo las ganas y firmeza de Page, no sería del todo excesivo decir que hasta el mismo Rubalcaba puede hasta darle su voto. Porque «puede ocurrir de todo», como él mismo dice en esta larga entrevista.
-¿Va a presentar candidatura a la Secretaría General del PSOE?
- En este momento no me estoy planteando nada en concreto. Estamos todos los que tenemos una responsabilidad en el PSOE escuchando y hablando con toda la militancia, que es lo que toca en este debate, y por tanto lo que sí tengo muy claro es que quiero participar activamente en la reflexión y la solución que dé el XXXVIII Congreso del partido. Personalmente, considero que hay gente en mejores condiciones para poder optar a esa responsabilidad que yo, entre otras cosas porque me siento profundamente comprometido con la Alcaldía de Toledo.
- ¿Quién son esas gentes?
- Es gente no necesariamente conocida y hoy por hoy puede pasar cualquier cosa en el Congreso. El panorama es abierto y noto a la militancia con ansias de renovación.
- ¿Por qué lo nota, es que le llaman por teléfono, hay movimiento?
-Sí , la misma cercanía que tengo con los ciudadanos la tengo con los militantes, y trabajo a pie de calle. El panorama está muy abierto y se pueden configurar distintas salidas; incluso puede que no haya ninguna definitiva.
- ¿Qué salida sería una no definitiva?
- Es muy complicado hacer ejercicio físico al mismo tiempo que se hace la digestión. En un congreso hay que reflexionar, pensar, cambiar las cosas, y eso no puede hacerse al mismo tiempo que estás haciendo la digestión de un batacazo tan monumental como el que hemos tenido.
- ¿Febrero es pronto, entonces?
- Bueno, yo tengo mis dudas personales sobre cuál hubiera sido el mejor camino, y lo digo también desde la duda de que no tengo la verdad, tengo incerditumbres. Dos meses es pronto -y sobre todo celebrando el Congreso en medio de la crisis- como para dar una renovación profunda a todo un proyecto político, es muy complicado sustanciar en tan pocos días una reflexión y unas ponencias que todavía ni siquiera han llegado a las agrupaciones locales. Sin embargo, el proceso está en marcha y por lo tanto hay que abordarlo.
- ¿Qué salida sería la no definitiva?
- Yo creo que hay dos caras de la moneda. El Congreso no tiene por qué elegir la gestión de la oposición; eso, en realidad, le corresponde al Grupo Parlamentario Socialista. El Congreso tiene que encargarse de redefinir, reformular el proyecto político; tiene que ser un Congreso en el que se resintonice con la ciudadanía, y que por tanto tire la piedra lejos y, con perspectiva, estar pensando ya en las próximas elecciones.
- Desde IU han dicho que si la refundación del PSOE la va a hacer Page, no será por la izquierda. ¿Es quizás más conservador que el común de los socialistas?
-Mire, yo creo que el PSOE tiene que ubicarse en el sitio donde se ha ubicado siempre que ha obtenido grandes mayorías. Hay que reformular el proyecto político de manera que se pueda entender algo más de izquierdas en algunos aspectos; por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la sostenibilidad, con el medio ambiente, con la participación y la profundización democrática, los talantes y las actitudes. Y, en otros aspectos, a lo mejor hay que reinterpretar el concepto mismo de la socialdemocracia. Algo que no puede hacer un Congreso es simplificar, como ha heche Izquierda Unida. Realmente, IU tendría que pensar que tiene la mitad de los diputados que tuvo en su mejor momento, y eso a pesar de cinco millones de parados y una crisis que realmente ha metido en un pozo de contradiciones al PSOE. La mejor manera, quizá la única, de reconcentrar todo el voto progresista, es que el PSOE sea visto como un partido con opción de gobierno.
- ¿Cree que el PSOE actual está dispuesto a pactar con el Gobierno de Mariano Rajoy?
- Creo que está dispuesto, debe estarlo, e incluso debe buscarlo. La situación que vivimos desde el punto de vista económico obliga a abordar primero las urgencias y, luego, con serenidad, abordar la reflexión de qué es lo que ha pasado, qué pelos nos hemos dejado en la gatera todos los partidos políticos, los sindicatos, toda la sociedad en su conjunto. Todos pensamos que era un dolor de riñones, que terminó siendo de hígado, que luego se pasó a los pulmones, y al final ha sido una crisis multiorgánica. Ciertamente, lo que sí se puede decir es que el enfermo ha mantenido, con el Gobierno, las constantes vitales, cosa que no ha pasado ni en Italia, ni en Irlanda, ni en Grecia. De manera que nosotros tenemos motivos para que haya esperanza y para que el país recupere el optimismo como país. Rechazo brutalmente a aquellos que piensan que España no tiene remedio, o que España tiene un mal endémico, que somos distintos; no es cierto, hemos dado ejemplo de crecimiento, de modernización, de transición política. Tenemos problemas, todos los países los tienen, pero tenemos muchos motivos por los que alegrarnos.
-Ya que habla de optimismo, ¿usted es de los que gritarían ¡Viva España! al finalizar un cónclave socialista, como ha dicho su mentor político, José Bono?, ¿ o no le gusta ese calificativo?, ¿es usted el «tapado» de Bono?
- Con Bono hay muchas cosas en las que coincido y muchas otras en las que no coincido. Creo que hay que entender lo que quiere decir Bono, pero creo que ni el PSOE ni el país necesita de gritos. El partido socialista es el único que tiene la letra E de España en sus siglas y, por tanto, tampoco creo que tengamos que demostrar ni cada uno por separado, ni el partido en su conjunto, nuestra españolidad.
- ¿El PSOE nuevo tiene que ser menos nacionalista de lo que ha sido hasta ahora?
- Ahora, la fase que entra tiene que ser la de buscar los elementos comunes del país. España ha estado treinta años en un proceso de descentralización política hacia las autonomías, no hay que demonizarlas, han supuesto un importante acelerador de la modernización de España, pero evidentemente ahora toca invertir tiempo y esfuerzo en los procesos de armonización, de coordinación, de nivelación. Para entendernos, ahora hay que quitar todo aquello que supone una carrera competitiva entre Comunidades autónomas o supone agravios entre unas regiones y otras. Ahora toca hacer más España, pero sin renegar del Estado de las Autonomías y buscando los puntos comunes, PSOE y PP, que también ha gobernado en muchas autonomías y ha tomado tantas decisiones y tan descentralizadoras como puede tomar el PSOE. Es decir, el gallego también se habla en Galicia, como el catalán en Cataluña.
- ¿Se atrevería usted a decir que una mujer catalana no puede liderar el PSOE?, ¿cuál es su óptica con respecto al debate PSE-PSOE?
- Chacón no solo tiene todas las posibilidades, sino que no creo que tenga ninguna incompatibilidad formal para serlo. Cuestión distinta es que su proyecto político y sus argumentos puedan ser opinables, en un momento dado. Creo que no puede haber una España importante sin que estén incluidas todas las sensibilidades catalanas.
- ¿No le importaría pues en un momento dado gritar ¡Visca Catalunya! o ¡Gora Euskadi!?
- Bueno, lo ha hecho el Rey de España. Me gustaría que muchos políticos de izquierdas y de derechas leyeran todos los días la Constitución Española, porque yo veo extralimitaciones en un sentido y en otro. No se trata de ser más o menos español, sino de no utilizar la idea de España contra nadie, ni arrojar la idea de España contra nadie que piense de otra forma. Estos treinta años de democracia han sido los más importantes y los mejores de toda la Historia de España, y han coincidido con la violencia, que ahora desaparece, afortunadamente, y han coincidido con la descentralización de las Comunidades autónomas. Desde que España es España ha habido siempre conflicto territorial, desde los Reyes Católicos. Yo he visto al Rey hablar en catalán, y en vasco, y en gallego; y al Príncipe de Asturias proclamar, como dice la Constitución, que todos los idiomas del país son riqueza cultural de España. Hay que convivir tranquilamente sobre una idea que es la de la Constitución Española, que está tan de actualidad como en 1978.
-Rubalcaba y Chacón, dos de los candidatos que parece que se postulan para la Secretaría Federal, sin embargo han formado y forman parte de un Gobierno contra el que el electorado se ha ensañado hasta llevar al PSOE a una minoría absoluta. ¿Cree que la solución del PSOE pasa por alguno de estos dos nombres?
- En estos momentos yo creo que no sobra nadie, al contrario, uno de los errores que a lo mejor ha cometido el PSOE es despreciar a una nòmina importante de políticos de los Gobiernos de Felipe González y otras generaciones. Yo creo que no hay una solución generacional sino intergeneracional siempre. Y el haber formado parte de un Gobierno no deslegitima para seguir defendiendo un proyecto político. Si fuera así, Rajoy no podría estar en la Moncloa.
- Pero Rubalcaba ha cosechado el peor resultado posible.
- Y Rajoy perteneció a un Gobierno que terminó estrellándose en las urnas cuando pensaba que iba a ganar. Sin embargo, ha insistido por tres veces y ha terminado ganando la Moncloa. Todo es posible, yo creo que no hay fórmulas únicas. Yo no rechazaría de plano, aunque tiene su dificultad, la teoría de que en vez de un Congreso esto se podría resolver con una reunión del Grupo Parlamentario, en la tesis de que el líder solo puede ser diputado; o la tesis de que los que han formado parte del Gobierno no pueden hacer oposición porque sería más bien una autodefensa. Eso ya pasó después del Gobierno de Felipe González. Ambas tesis se suman a una tercera, y es que a lo mejor seguramente va a cundir una cierta sensación entre mucha militancia de que los que han protagonizado una gran derrota tengan que dejar paso. Creo que el PSOE encontrará el punto de sensatez para que nadie quede fuera y estemos sobre todo a la altura de lo que quieren los españoles. No ganaremos nunca las elecciones pensando en los intereses electorales del PSOE. Los españoles nos darán de nuevo el voto cuando seamos la mejor opción para gestionar los problemas generales del país.
- ¿Se reconoce usted en otros líderes del PSOE, también casi desconocidos como usted a nivel federal, que pueden hablar y fraguar una tercera vía al margen de los dos candidatos Rubalcaba y Chacón?
- Conozco a mucha gente que tiene una enorme capacidad en el PSOE, que ha formado parte de gobiernos y por tanto tiene mucha experiencia; alcaldes magníficos. Me sabe mal dar nombres porque a lo mejor les complico la vida.
- Diga uno, o dos.
- Veo de un enorme reconocimiento social a Patxi López, que está gobernando con un apoyo con el PP; conozco a infinidad de alcaldes de mucho valor personal, sin salir de Cataluña el alcalde de Lérida, o al de Tarragona, de una enorme valía.
- Si usted finalmente presentara candidatura, ¿tendría su apoyo, sintonizan ese grupo de gente que ha citado?
- Mire, no hay que peder la perspectiva del procedimiento. Lo que ha abierto el PSOE ha sido un congreso similar al de 2000, que llevó a Zapatero a la Secretaría. Zapatero tuvo una enorme fuerza de entrada por lo que tenía de sorpresa, de inesperado. Y por tanto, ese modelo de mil delegados que a título personal van a votar en voto secreto lo que quieran, también deja muchas puertas abiertas. Si alguien piensa que las delegaciones provinciales o regionales a un Congreso van a ir atadas y bien atadas, se están equivocando. Creo que al final no va a ser la decisión de cuatro dirigentes regionales o del partido, que lo mejor que podemos hacer (incluyéndome yo) es no dar consejos u orientaciones de voto, va a ser más la decisión individual y secreta de los miles de delegados.
- ¿Sintoniza usted con Vara, el expresidente extremeño?
- Me parece que ha hecho muy buen trabajo en Extremadura y que está padeciendo con mucha dignidad la injusticia del voto de IU.
-Sabemos que hay líderes regionales que ya se están moviendo para atrapar las voluntades de los delegados en beneficio de gente que todavía no se ha presentado. Hay secretarios regionales que sin consultar con sus bases están ya tirando a favor de Chacón o de Rubalcaba.
-Yo les daría a todos un consejo, que es que a lo mejor, queriendo ayudar a un candidato supuesto (ninguno está aún anunciado), lo que hacen es perjudicarle. El voto de los delegados al Congreso va a ser muy libre, esa es la experiencia del XXXV Congreso y yo creo que vamos a un escenario similar o todavía aún más abierto.
- ¿Cree que el próximo secretario federal tiene que ser una persona ganadora de elecciones, con bagaje detrás de un triunfo, en medio de la derrota generalizada?
- Si habláramos de Rubalcaba o Chacón, ambos han formado parte de proyectos ganadores de elecciones.
-Ya, pero en estos momentos el PSOE solo puede presentar derrotas en este Congreso, y los que pueden exhibir victorias son muy pocos, entre otros usted, el alcalde de Soria, el de Zaragoza...
- Pero nosotros solo somos varones con uve, porque la aristocracia no va con el PSOE.
- El día que usted salió elegido alcalde, Toledo votó en las regionales al PP y en las generales han votado al PP. Sin embargo, usted se lleva todo el voto representando al PSOE. ¿Qué puede aprender el partido de usted?, ¿puede darnos la fórmula de cómo lo ha conseguido?
- No tengo ninguna fórmula. Sí puedo decir que la única fórmula posible es la de una política cercana, la de un talante abierto y sobre todo, la de mucho esfuerzo. La mejor cosa que le puede pasar a la clase política es que deje de ser clase. No somos profesionales de la política; para que haya credibilidad social tiene que intuirse una vocación creíble, más que un trabajo donde uno se gane la vida. Pero, dicho esto, yo no soy nadie para dar lecciones y estoy absolutamente seguro de que lo que yo he hecho para ampliar votos y ganar en Toledo, a pesar de todo, no es exportable a ningún otro sitio. Toledo lo llevo dentro de las venas y lo que yo hago aquí no es exportable a ningún otro sitio.
- ¿No cree que el gran batacazo que se ha dado el PSOE con Rubalcaba pasaría por pedir responsabilidades o que ellos mismos las asumieran? Porque toda la culpa no puede ser de la crisis..
- Yo creo que el Congreso va a pasar cuenta de las responsabilidades electorales y va a hacer una profunda catarsis de lo que ha pasado; no para ajustarle cuentas a nadie ni que haya vendetta, sino para hacer un diagnóstico preciso que te lleve a ganar las próximas elecciones generales. Hay que hacer una crítica útil y finalista, y eso va a pasar. Si no pasara, esto no sería un Congreso definitivo, tendríamos una solución provisional. Lo que más le gustaría al PP ahora mismo sería que el PSOE se precipite al abismo en soluciones no contrastadas. El PSOE es un partido muy estable, muy serio, que puede perfectamente sobrellevar años de oposición; de hecho, lo ha hecho ya. El PSOE tiene un motivo de preocupación por cómo se ha gestionado la crisis y el abandono de mucha gente que hemos tenido, en buena medida-creo-es provisional, pero tiene también mucha capacidad de recuperar los millones que hemos perdido. Porque España no es más de derechas que era antes del 20-N.
- El PSOE de Castilla-La Mancha está descabezado, más que nada porque Barreda se va al Congreso. A usted le están pidiendo que sea su relevo en la región, después de decir (Barreda) que para ser candidato hay que ser diputado nacional. ¿Qué les va a contestar si su intención es la otra, situarse mirando a Ferrarz?
- Yo tengo un compromiso nítido con Castilla-La Mancha pero no tengo ningún tipo de ambición personal. Llevo muchos años de experiencia como para saber que una cosa es apoyarme y otra cosa es que se apoyen en mí. Por tanto, estoy dispuesto a tirar del carro como nadie, si se dan las condiciones adecuadas, porque no tengo complejo de héroe, y tampoco de víctima. Me siento con toda la responsabilidad para ayudar a mi partido y con toda la libertad y la experiencia como para no sentirme obligado a nada. No puede discutirse que ser diputado es una ventaja práctica para hacer oposición; ahora, eso nos mete en una dinámica un tanto contradictoria a veces. Por esa regla de tres podríamos prescindir del congreso del partido y que esto lo arreglara el Grupo Parlamentario. Esto, que Barreda ha planteado también, sin embargo no lo planteaba en el XXXV Congreso, en el que apoyamos a Bono sin ser diputado y salió un diputado que se llamaba Zapatero. Desde ese punto de vista, el partido se mete en una dinámica endogámica, no salíamos de un círculo vicioso en el que unos se reeligen a sí mismos. Y precisamente eso puede provocar mayores ansias de la militancia de un cambio en profundidad, sobre todo para que los que están detrás de las derrotas dejen paso.
-¿Sería partidario de que no fuera la actual dirección del PSOE sino una gestora independiente la que se hubiera ocupado de conducir el partido hacia este cónclave tan crítico?
- Creo que lo mejor hubiera sido responder con inmediatez y de forma proporcionada al batacazo. Eso hubiera supuesto decir a los ciudadanos que estamos dispuestos a cambiar desde el primer día. Una gestora o algo similar nos llevaría a la ventaja de que, sin pasarle la cuchilla a nadie, sin que nadie tuviera que sentirse demonizado, preparar el congreso con un calendario distinto. Dos meses y el país en medio de la crisis no nos permite demasiada tranquilidad para una reflexión tan honda como la que tiene que hacer el PSOE. Con la buena voluntad de responder a la crisis hemos entrado en contradicciones con nuestros propios planteamientos, que de hecho es lo que ha provocado la deserción de muchísimos votos. Los errores que ha cometido Zapatero, que los ha cometido, probablemente los hubiera cometido Rajoy si le hubiera tocado gobernar a él. Esta es una crisis de naturaleza tan desconocida que no había ningún libro escrito sobre cómo abordarla. Y, de hecho, creo que los primeros meses del Gobierno de Rajoy van a poner de manifiesto que seguimos hablando de lo mismo y que seguimos todavía teniendo claro algunos de los problemas que España afronta. Y lo que los ciudadanos tienen derecho a reclamar no es por la crisis sino por el origen de la crisis, por las soluciones dadas y por el liderazgo social de las soluciones. Honestamente, cualquier gobierno que se hubiera encontrado con esta situación hubiera tenido muchas posibilidades de cometer los mismos o similares errores. Una E que me preocupa no es la de España, que lo hemos resuelto muy bien y con inteligencia, me preocupa más la de Europa. Y sobre todo los planteamientos de Merkel. Hay que dejar muy claro que la solución para España sigue siendo más Europa, pero no más europas, que es lo que dice Merkel.
- El PSOE acusa al PP de no haber ayudado al Gobierno en medio de esta crisis. ¿Cual sería su talante si fuera el nuevo secretario federal del PSOE con el Gobierno de Mariano Rajoy, porque parece que la crisis ha venido para quedarse?
-Quien sea el secretario general, la única actitud posible del PSOE es la de ofrecerse a un planteamiento de acuerdo con el Gobierno en lo inmediato.
- ¿Pacto de Estado contra la crisis?
-Me hubiera gustado ver esa disponibilidad en el PP y nosotros ahora no podemos pagar con la misma moneda. El PSOE tiene que responder con coherencia a la necesaria consistencia del Estado. Una mayoría absoluta permite a un Gobierno sacar los proyectos en el Parlamento, pero no tener ese respaldo en la calle permanentemente. De manera que va a ser necesario, y no tardando, un gran acuerdo de los grandes partidos. Es más, creo que a España le conviene un PSOE fuerte y con vocación de alternativa. Es más, pienso que sin incurrir en bipartidismo, a España lo que más estabilidad le ha proporcionado después de la Corona es la seguridad de los españoles de contar con dos grandes partidos que en lo esencial se pueden entender.
-¿Cuál sería su proyecto para el PSOE?
- No veo necesaria una refundación del partido. El cambio más gordo que ha dado el PSOE ha sido el abandono del marxismo y lo hizo con sus mismas siglas. Y estamos dispuestos a reformular muchos planteamientos políticos sin prescindir de una marca que ha cosechado no solo grandes éxitos electorales sino grandes soluciones para el país. El PSOE tiene que recuperar su papael central en la política española. El PP ha hecho una cosa muy bien en los últimos años. Y es que a pesar de tener muchas sensibilidades diferentes dentro, incluso con tradiciones territoriales, -véase el problema del agua-, estoy seguro de que la presidenta de Aragón no va a consentir para nada el trasvase del Ebro y sin embargo estoy convencido de que lo va a seguir reivindicando el presidente de Murcia. El PP ha administrado muy bien sus distintas sensibilidades y tradiciones internas, y sin embargo al país le conviene que el PSOE recomponga también esta fragmentación que se ha producido.
- Si quisiera dar el salto, ¿cuál serían sus apoyos?
- Veo muy improbable que gente como yo pudiéramos reunir las condiciones para conseguir la Secretaría General. Ahora, dicho eso, no voy a estar de canto ni de perfil, ni ante el resultado electoral ni ante la reflexión que tiene que hacer el PSOE. Creo que es mi responsabilidad. Llevo 25 años en esto y uno siempre ha visto Madrid a través de intermediarios; eso ya no va a pasar.
-¿ Algunos de los candidatos que se oyen le ha llamado para pedir su apoyo?
- Sí, pero no para pedir su apoyo; para hablar y para charlar, hablo con todo el mundo. Tengo conversaciones con todos, con ministros del Gobierno actual, con Rubalcaba,...
-Pero, ¿cuentan con usted los posibles candidatos, tiene usted esa sensación?
- Es que creo que no ha empezado ninguna carrera todavía; creo que los que se supone que pueden ser candidatos están en precalentamiento. Ya veremos si luego el entrenador les saca al campo.
- ¿Usted no está en precalentamiento?
- Yo ya estoy hasta cansado de calentar.
-Cuando dice que ya no va a haber intermediarios, ¿qué quiere decir?
- Que a partir de ahora el Congreso del partido lo van a decidir mil delegados y delegadas. El partido, realmente, va a celebrar una asamblea bastante abierta porque el voto es indescifrable.

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