La verdad.-
Alrededor de las seis y media de la tarde de ayer, se produjo un tiroteo en plena calle Feria. Según la Subdelegación del Gobierno, se trataba de un coche que había levantado las sospechas de los policías, por lo que un agente le dio el alto y al intentar detenerlo, el conductor intentó atropellar al Policía Nacional, dándose después a la fuga.Según explicaba Mari Sol Guerra, testigo presencial de los hechos, ella circulaba en su vehículo llevando detrás un BMW blanco, en el que iba «un chico jovencito conduciendo, de unos 30 años». Mari Sol explicaba que al llegar a la calle San Antón, todos los vehículos eran desviados hacia la calle Feria, porque ésta estaba cortada. «Yo veía que él venía detrás muy pegado, pero no podía adelantar, porque íbamos todos en hilera, despacito». En la Casa Perona

Refugiados
Por suerte, la mayoría de la gente se refugiaba en los portales y las tiendas, como explicaba Lola Tendero, que caminaba por la calle en ese momento. «Yo caminaba por la acera, cerca del comercial chino y al mirar he visto un coche que estaba atravesado en la calzada y ha acelerado y nos hemos metido en el 'chino'».
Finalmente el conductor del BMW detenía su vehículo unos metros más adelante, aunque cuando el policía se bajaba de la moto para detenerlo, el detenido huía a pie, como explicaba Tere Espinosa, de Zapatería Estilo. «Yo he oído el ruido de los disparos, he salido a la puerta y he visto al coche que se ha metido en la autoescuela Almiro. El guardia ha tirado la moto aquí en la puerta y se ve que pensaba reducirlo, pero se le ha escapado por la otra puerta y ha salido corriendo con el policía detrás, se han chocado con una chica que iba andando con un carrito con un bebé, en la puerta de Pinturas Nieto».
Tras la persecución a pie, finalmente era detenido. «Lo han cogido en Ibáñez Ibero con Hernán Cortés, estaba escondido debajo de un choche».
Según informaba Subdelegación, se trataba de D.T.V., un delincuente común de la ciudad, de 31 años, con domicilio en Albacete. La Policía investigó ayer el coche, con el fin de comprobar si el vehículo llevaba algo que justificara la desmedida reacción del conductor.
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