Tan solo el repiqueteo de algunos martillos, el sonido de taladros y el de herramientas para soldar rompía ayer el silencio del Recinto Ferial. Una escena que contrasta con la que se vivirá día y noche en ese mismo espacio a partir del próximo viernes cuando la Puerta de Hierros vuelva a abrirse para dar cobijo, un año más, a la Feria y a las miles de personas que vibran con ella.
Antes de que eso ocurra, y precisamente para que pueda suceder, hay muchas horas de trabajo detrás. Vicente Grimal y su familia lo saben bien. Este valenciano lleva viniendo a la Feria de Albacete desde que tenía apenas tres meses de vida hace ya de aquello 62 años. Vende juguetes en uno de los stands de los anillos interiores del Recinto. Un oficio que heredó de sus padres y que, pese a la crisis, perpetúa.
Junto a los suyos ayer se afanaba en montar su stand. Una vez montado llegará la mercancía que tendrán que disponer en los 16 metros cuadrados que ocupan. Un espacio que se les sirve de lugar de venta pero también de domicilio ya que Grimal, como hicieran sus padres, vive y duerme en él durante los diez días de Feria.
Grimal, como otros feriantes, es uno de los que han comenzado ya el montaje de la Feria. Son los más previsores. En algunos casos, como en la zona de La Cuerda, las casetas ya se encuentran en un estado de instalación muy avanzado.
A unos pocos metros del stand de Grimal, Pedro Cuesta también continúa la saga familiar perpetuando además una de las tradiciones albaceteñas más arraigadas en la Feria, la venta de navajas y cuchillos realizados artesanalmente. Este albaceteño lleva 40 años al pie del cañón acudiendo a la cita de septiembre. Antes hacía otras ferias, ahora solo la de Albacete.
Hoy terminará de montar el puesto y a partir de ese momento empezará a «traer género». Cuesta, como Grimal, augura que la Feria no será buena. La crisis lo impregna todo y ambos se muestran escépticos sobre la posibilidad de que el negocio vaya bien en los diez días feriales. El cuchillero se lamenta además del elevado coste que supone la Feria. «Antes de empezar ya pago 800 euros», reconoce con cierto aire de resignación. El stand, de siete metros y medio, le cuesta 600 euros a los que hay que añadir la cuota fija para la instalación de la luz y los propios gastos de electricidad. Quejas por los costes que también comparten otros feriantes.
«Todas las ferias son caras. Hoy no hay ninguna barata», recalca Vicente Grimal. La última feria que ha hecho es la Xátiva y subraya que ha sido «muy mala». Afirmaciones que confirma también su mujer. No ocultan sus temores. Y es que creen que la de Albacete seguirá el mismo camino.
«Llevamos cinco años, prácticamente desde 2007, de bajada. Cada año un poquito y el año pasado ya fue una bajada importante», indica frente a su stand.
Una tendencia repetida
En el Paseo de la Feria, los coches de choque están ya preparados para que la atracción comience a funcionar. Dos trabajadores se afanan en darle los últimos retoques a las luces, cientos de pequeñas bombillas distribuidas por el techo y los laterales de una pista de dimensiones considerables.
Empezaron la instalación el pasado martes lo que les ha permitido acabar ya. Nati, la propietaria, dice que la Feria no pinta bien. «Llevamos todo el verano así», explica en alusión a los resultados de las otras ferias en las que han estado. Y es que la crisis no está para ferias.
El hostelero Rafael Jávega, adjudicatario de la explotación del Templete interior del Recinto Ferial, también reconoce lo obvio. Todo parece indicar que el volumen de negocio se reducirá.
«Cálculo, según cómo les ha ido a compañeros míos que han hecho por ejemplo fiestas como Fallas, que disminuirá en un 20%. Eso siempre y cuando el tiempo lo respete», estima Jávega.
Pero ni las malas expectativas desaniman a este empresario, que explota el Templete desde hace seis años y cuya adjudicación acaba de ser renovada por otros 12 años. Y es que esta Feria para él tiene un sabor especial.
Templete
El emblemático edificio modernista del Templete cumple su centenario y con ese motivo se ha programado un intenso programa de actividades que incluyen concursos literarios y de fotografía o talleres bilingües para niños por las mañanas. Además este especial cumpleaños se festejará el día 8 con una tarta gigante.
El empresario tiene previsto contratar solo durante esta Feria a 40 trabajadores para cubrir las diferentes necesidades existentes. El lunes comenzaron a trabajar en la adecuación de la zona del Templete, aunque en el proyecto llevan haciéndolo desde junio. Quieren no llegar a los últimos días con trabajo pendiente, relajados.
Otro tanto ocurría ayer en la caseta que la Peña Templete tiene en el Recinto. Un grupo de socios limpiaba y preparaba el stand en el que apurarán cada minuto de la Feria. Su presidenta, Carmina Nicolás, junto a otros compañeros, se encontraba inmersa en la tarea que supone adornar el stand. Ellos no explotan el servicio de restauración del stand, que corresponde a una empresa.
La Feria la vivirán, como cada año, intensamente. Financian el coste que les suponga con la cuota que pagan durante el año y con la cuota especial de Feria.
Ellos, es decir peñas, hosteleros o feriantes son el alma de la Feria que, a su vez, hacen grande cada año entre el 7 y el 17 de septiembre los albaceteños y quienes la visitan.
27 atracciones
Las cifras de la fiesta en honor a la patrona de la capital albaceteña, la Virgen de los Llanos, llegan a marear. Solo en los Ejidos y en el Paseo de la Feria, según los datos facilitados por el Ayuntamiento de Albacete, se instalarán unos 90 feriantes aproximadamente.
De ellos, unos 27 regentan atracciones entre las que no faltan los clásicos de la cita albaceteña como la noria, toda una enseña de la Feria. Este año, según el Consistorio, solo hay una novedad. Se trata de una atracción para los más pequeños que se denomina Tazmania. Se trata de unas pequeñas sillitas, a modo prácticamente de columpios para niños.
En cuanto al desembolso al que deben hacer frente por cada atracción o stand éste varía dependiendo de la zona donde se hallen ubicados, de los metros e incluso de la actividad a la que se dediquen. Por ejemplo, las atracciones dedicadas a los más pequeños que se encuentren ubicadas en la margen izquierda del Recinto Ferial hasta los Molinos de la Feria abonan 74,18 euros metro cuadrado.
Eso sí nadie responde a la pregunta de cuánto recauda el Ayuntamiento por las tasas que deben pagar los feriantes, hosteleros y demás personas que monten una atracción, una caseta o un stand en Feria.
Lo que sí se sabe es que la Feria, cuyo programa incluye unos 300 actos, tiene un presupuesto para este año de 800.000 euros y que en torno a medio centenar de movimientos participarán en la cabalgata de apertura del día 7.
Además la Cámara de Comercio estima que la Feria, que goza de la Declaración de Interés Turístico Internacional desde 2010, dejará en la ciudad 53,2 millones de euros. Eso, pese a la crisis que planea como pájaro de mal agüero, tal y como ya lo hiciera el año anterior, sobre la Feria. Aún así Albacete ya ansían que llegue el día 7 y que el Recinto Ferial vuelva a cobrar vida
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