A VUELAPLUMA Bono, Chunda, Barreda y Boom y otros chicos que no son del montón

05/10/2011 .

Ha pasado desapercibida pero es la noticia de la semana. A José Luis Fernández "Chunda" le han concedido, sin anestesia, la Medalla al Mérito Policial. El impacto me ha llenado de emoción. Que Chunda reciba por fin un homenaje después de asistir a Pepe Bono tantos años es una cuestión puramente de justicia y poner las cosas en su sitio. La verdad se cae a plomo, se ha impuesto el sentido común: no porque Chunda necesitase esta medalla, él que es hombre inteligente, austero y discreto, sino porque esta medalla le necesitaba a él, como aquellos premios que se engrandecen con la egregia nómina de sus premiados. Esta medalla tiene una novela. Que sea además al Mérito Policial no viene más que a confirmar que en la vida no es todo penar y que también se alcanzan a veces estos ratitos sublimes en los que, ay señor, la realidad es capaz de superar a la ficción a fuerza de echarle sensatez y gracia divina. La de veces que uno imaginó aChunda brioso con la Medalla del Mérito Policial al cuello, y ahora de pronto ¡zas!, deseo cumplido. Dios aprieta pero no ahoga. Lo cual que me pongo a pensar que no va a ser tan descabellada la idea de cierta prensa canalla de que el propio Bono acepte al final con esa resignación cristiana tan suya un carguete de Mariano Rajoy, si éste por un casual el 20-N se convierte en el nuevo presidente del Gobierno. Pongo por caso, Defensor del Pueblo o embajador del nuevo gobierno en el Vaticano, o incluso ministro de la Bondad Infinita y los Golpes de Pecho: ya supongo que a Bono no le haría la mínima gracia ningún nombramiento de la derecha, pero todos sabemos que en su inabarcable humildad y afán de servicio público asumiría el sacrificio en doloroso éxtasis de silencio y tres avemarías de penitencia por el pecado de lesa izquierda que se le pudiera achacar. Bono también tiene su corazoncito. Debe ser por eso, o sea, por lo que pueda venir, que Pepe Bono ya renunció a revalidar su escaño de diputado por el PSOE y anda retirado a sus cuarteles de invierno, trágicamente esperando a que ocurra lo inevitable y Rajoy finalmente le llame para cualquier Alta Misión, Dios no lo quiera. A Bono le gustaría en realidad irse estos días de mitin-fiesta por las tierras de España y sumarse a los protagonistas del cambio que ya anuncia el socialismo para el Gran Futuro Nacional, un impulso de renovación y caras nuevas, ese aire serrano y fresco que se ha desatado en el PSOE y que lideran en comandita el trío insuperable del frente de juventudes: Rubalcaba, Felipe González yZapatero: qué alegría, el cambio era esto. Eso sería, en fin, lo que Bono quisiera, hacer cuarteto electoral de jovencitos y hasta llevarse a Barreda con él en plan quinto Beatle, pero se ve que el todavía presidente del Congreso anda estos días tan recogido en el chaletito y de comilonas parlamentarias, no vaya a sonar el teléfono rojo de Génova y le pille de parranda o haciendo algún bolo electoral con los muchachos. Y es que el mundo deliciosamente se ha vuelto loco. Se trata de un acontecimiento asombroso y de puro feliz: Chunda la medalla, Bono el futuro, Rubalcaba el cambio y hasta empiezan a entrevistar este octubre a Cospedal en la tele regional. Joder, cómo hemos cambiado. Ya sólo falta el Premio Nobel de Economía para José María Barreda. Ahí va mi firma.