El hombre que fue condenado por matar a un traficante de drogas en la localidad de Socovos se encuentra en busca y captura, tras no presentarse a la vistilla en la que debía decretarse su ingreso en prisión.
A primeros del pasado mes de julio, la Sección Primera de la Audiencia Provincial, condenaba a F.J.S.M., a 19 años y medio de prisión por asesinar a un conocido traficante de drogas de la localidad, J.J.S., por robarle y por tenencia ilícita de armas.
Siguiendo el procedimiento habitual, se citó al ya condenado para la comparecencia de prisión, que debía acordarse en una vistilla en la Audiencia Provincial, el pasado 9 de julio. Sin embargo, F.J.S.M. No compareció a la cita, por lo que el fiscal solicitó su detención y la Sección Primera de la Audiencia Provincial dictó ese mismo día un Auto en el que decretó su prisión provisional y una orden de búsqueda y captura. Dicha orden se comunicó a la Comandancia de la Guardia Civil, que desde ese día trata de localizarlo para que ingrese en prisión.
Sentencia recurrida
Aunque F.J.S.M. ya ha sido condenado a 19 años y medio de prisión, la sentencia no era firme, por lo que fue recurrida en casación, por su letrado, Mariano López Ruiz. «Tenemos la sentencia recurrida ante el Tribunal Supremo y está tramitándose».
Para López Ruiz recurrir la sentencia era algo lógico, puesto que según él no hay pruebas suficientes para condenar a su cliente. «Alegamos que no ha habido prueba de cargo suficiente, lo que hay son meras sospechas, pero las pruebas de ADN son negativas, la prueba de huellas son negativas... no hay absolutamente ninguna prueba contundente para desvirtuar esa presunción de inocencia».
El letrado afirma que se ha condenado a su cliente basándose sólo en sospechas y no en pruebas. «Hay sospechas, de hecho la sentencia habla de indicios. Textualmente dice 'no hay ninguna prueba directa, sin embargo existen estos indicios' y para que se condene a un hombre por asesinato, los indicios tienen que ser muy poderosos y en este caso no lo son y de una sospecha o un indicio a tomarlo como cierto hay un trecho y por eso creo que este asunto lo van a revocar».
Los hechos
Según la sentencia, en la tarde del 3 de marzo el condenado quedó con su víctima, de 40 años, en el paraje del Campillo, pues traficaba con droga y F.J.S.M. le había hecho creer que tenía un kilo de cocaína que le podía vender. Se considera probado que F.J.S.M. y la víctima se vieron ese día, y el condenado, que llevaba una pistola de calibre nueve milímetros, le quitó el dinero con el que el traficante le iba a pagar la droga, disparándole cuatro veces. El último disparo le alcanzó en la cabeza y le provocó la muerte, quedando tendido en el suelo el cuerpo sin vida.
En el juicio el acusado explicó que el día del crimen llamó al fallecido, J.J.S., por la mañana y esté le comentó que iba de viaje y que quedarían cuando él llegara. Sobre la una de la tarde lo recogió y según dijo fueron a la casa de campo de la víctima. «Me dijo que había traído algo bueno, se refería a droga, porque yo de vez en cuando le compraba cocaína. Le dije que me preparara algo y él me dijo que me llamara por la tarde».
Según explicó el ya condenado, a las siete de la tarde le llamó pero no le cogió el teléfono y quedó con unos amigos a tomar unas cervezas, quedando de nuevo con él en casa de su madre, en el casco urbano de Socovos. Allí subió sobre las 20:19 horas, pero según el acusado, J.J.S., no apareció, por lo que fue a buscar a sus amigos que habían cambiado de bar, con los que finalmente fue a Férez a comprar cocaína a otro traficante, decidiendo llamar al fallecido a la vuelta para ver que había sucedido y no obteniendo respuesta.
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