El periódico El Día de Castilla-La Mancha, de ámbito regional desde hace unos meses, cuando los propietarios decidieron prescindir de las ediciones provinciales para ahorrar costes de personal, se encuentra en una crítica situación tras haber declarado concurso de acreedores y estar sometido a la disciplina del administrador judicial. Aparte de los problemas derivados de la crisis económica general, de la caída brutal de la publicidad y de la falta de apoyo de las instituciones públicas en las que tenía anteriormente su principal fuente de ingresos, el grupo El Día que capitanea Santiago Mateo Sahuquillo tiene que hacer frente a unos gastos diarios insoportables.
Esta empresa de comunicación ha pasado de contar con ediciones en todas las provincias de la región a tener una sola cabecera. Además de los ingresos publicitarios, el otro recurso económico que servía para mantenerles diariamente en el mercado eran las suscripciones, pero también se han evaporado masivamente por la crisis y porque varias diputaciones y la Junta de Comunidades se han dado de baja. Han perdido alrededor de 500 suscripciones, según datos relacionados con el expediente del concurso de acreedores, lo que supone un durísimo varapalo para los ingresos de la empresa. Una de las deudas más abultadas por el capítulo de suscripciones es la que mantiene la Diputación de Toledo, que rescindió el acuerdo con El Día a poco de que el PP empezara a gobernar en esta institución. Fuentes del periódico aseguraban recientemente que si esa deuda estuviera saldada no habrían entrado en quiebra.Sin embargo, la realidad es que el grupo tiene otros muchos problemas financieros y se ve prácticamente incapaz de hacer frente a los gastos de papel que consume (unos 40.000 euros al mes) –en los últimos días han pasado del blanco al salmón- y a los de personal, además de la deuda importante que mantiene con Hacienda. Según parece, llegaron a barajar la fecha del 1 de febrero para cerrar. Sin embargo, a día de hoy el periódico sigue fiel a su cita con los lectores, tanto en los quioscos como en la página web, en la que tienen intenciones de cobrar por el servicio. La empresa dispone aún de unos 45 trabajadores, además de colaboradores y corresponsales. El problema es que hasta las instituciones "amigas" le deben dinero, como el ayuntamiento de Cuenca, y que los ingresos publicitarios previstos a corto y medio plazo son desoladores.
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