El PP dio a conocer a última hora de la tarde de ayer el nombre de su candidato a la Alcaldía de Toledo, que como todo hacía prever y ya adelantó hace meses, ha recaído en Jesús Labrador, delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha. También han elegido a Javier Cuenca para Albacete y a Ángel Mariscal para Cuenca. Serán las primeras elecciones de estos tres candidatos como cabezas de lista, con la responsabilidad en el horizonte de recuperar la capital castellano-manchega y la de Cuenca y mantener la de Albacete. La apuesta del PP para las capitales de la región incluye a una sola mujer, Rosa Romero.
En relación con Toledo, el candidato, Jesús Labrador, ha sido elegido tras numerosas consultas y dudas sobre quién podía ser la persona más idónea para figurar al frente de una lista que no va a tener fácil la recuperación de la Alcaldía dados los avances que parecen estar cosechando las propuestas a la izquierda del PSOE. Los socialistas, con Milagros
Tolón al frente, se conformarían con que la suma de IU y lo que resulte de Podemos le permitan gobernar en coalición. En el PP están convencidos de que van a ganar las elecciones en Toledo, aunque son conscientes de las dificultades para alcanzar la mayoría absoluta. Si no lo consiguieran y se quedasen a las puertas colocarían a la moderada Tolón en una situación incómoda al tener que optar entre dejar que gobierne el PP o llegar a un acuerdo de gobierno con la extrema izquierda.
Para llegar a la elección de Labrador, el PP ha manejado un abanico de nombres que han sido sometidos al juicio de las encuestas que el partido ha realizado en los últimos meses para saber quién contaba con mayor respaldo popular. Labrador siempre ha estado entre los primeros y su candidatura se ha dado casi como segura desde el primer momento. Solo el nombre de Agustín Conde ha flotado en el aire como alternativa real a Labrador.Cospedal nunca vio con malos ojos esa posibilidad a sabiendas de que Conde hizo una brillante labor en su etapa como alcalde de la ciudad y convencida de que sería un candidato con gancho. Finalmente ha preferido promocionarle en el Congreso de los Diputados como portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Popular.
Agustín Conde será de los que suenen en las quinielas de ministrables.
También han tenido que descartar a Claudia Alonso. Y eso a pesar de que en la dirección regional y provincial valoran muy positivamente su labor al frente del grupo municipal durante esta durísima legislatura en la que ha tenido que actuar como punta de lanza de la oposición regional a García-Page.
Claudia es una todoterreno que ha sabido estar a la altura de las circunstancias, pero en Cospedal pesa, y mucho, el recuerdo de lo ocurrido en las últimas elecciones con el experimento Paloma Borredo y no ha querido, bajo ningún concepto, jugar de nuevo a lo mismo, aun salvando las distancias que separan un caso y otro.
Otro nombre era el de Leandro Esteban, que nunca hizo ascos a la posibilidad de ser candidato a la
Esteban se ha quemado vivo a lo largo de la legislatura con los papeles que le ha tocado asumir a lo largo de la misma. Ese es un factor que ha jugado a favor y en contra de él. En contra para ser candidato porque hubiera encontrado cierta resistencia en algunos sectores ciudadanos que le ven demasiado radical (la realidad es otra muy distinta). Y a favor porque le garantiza un puesto en la lista para las autonómicas junto aCospedal, Tirado y a la mujer que vayan a poner de la zona de Talavera. La realidad, según todos los indicios, es que Cospedal, lo mismo que en el caso de Conde, prefiere tenerlo cerca en el Gobierno y en las Cortes, donde hoy por hoy es, con diferencia, el mejor parlamentario. Su trabajo como portavoz del Ejecutivo es también fundamental.
Ha quedado únicamente la solución Labrador, y no por descarte sino porque desde el primer momento ha sido el candidato con más posibilidades debido a su importancia como cargo orgánico del partido, a que su imagen no ha sufrido ningún desgaste al frente de un cargo normalmente agradecido como es el de delegado del Gobierno y a que ha contado con el respaldo incondicional de dos pesos pesados del PP: Tirado y García-Tizón. Labrador se juega mucho en esta apuesta, aunque también es cierto que pase lo que pase tiene el futuro político garantizado a corto y medio plazo. Si gana será el alcalde de la capital castellano-manchega, que no es cualquier cosa. Si pierde podrá optar a presidir la Diputación en caso de que el PP revalide el gobierno de la institución provincial y García-Tizón se centre, definitivamente, en el Congreso de los Diputados. Y si el PP no logra la Diputación Labrador tendrá siempre la opción de optar por el Senado a finales de año si no quiere dedicarse exclusivamente al ayuntamiento. Pero esa es otra historia.
Frente a un primerizo como Labrador está una veterana del PP de la región que se marcha. Nos referimos a
Carmen Bayod, que ayer, con todo el dolor de su corazón, anunció su retirada de la primera línea. Bayod tenía todas las posibilidades de ganar en Albacete, pero su situación personal y su generosidad, que agradecen en el partido, le han llevado a dejar paso a la generación de políticos jóvenes que le han acompañado en esta legislatura, representados a la perfección por el incansable Javier Cuenca
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