
Según recoge la sentencia, los acusados, padres de cinco niños, incumplieron el deber legal de educarles y procurarles una formación integral.
De esta forma, permitieron que los menores faltaran reiteradamente al colegio de Albacete en el que estaban matriculados, a excepción de la hija menor, que no se hallaba escolarizada.
Así, durante el curso escolar 2008-2009, entre los meses de febrero a junio, uno de los hijos faltó 13 días en febrero, otros 13 en marzo y no acudió al centro ningún día entre abril y junio; los otros tres hermanos no asistieron al centro ningún día durante el periodo mencionado.
Esta situación se mantuvo durante el curso escolar 2009-2010, lo que motivó que uno de los hijos acumulara 127 faltas de asistencia injustificadas, otro de ellos llevó a las 152 y los otros dos faltaron en 170 ocasiones sin justificar.
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